San Juan, 26 de septiembre.- Argentina hizo lo que tenía que hacer. Goleó a Sudáfrica 10 a 1 y se metió en la siguiente fase. La victoria pudo ser más abultada pero los palos y el arquero sudafricano lo impidieron.
Como se esperaba, los de Martinazzo fueron ampliamente superiores a su rival, desplegando un buen hockey. Es cierto, los africanos no estuvieron a la altura de la circunstancia y recién mañana comenzará el Mundial para la albiceleste cuando enfrente a Italia para definir el primer y el segundo puesto.
Antes de los dos minutos Argentina ya ganaba 1 a 0 con un tanto de Pablo Alvarez, uno de los goleadores del torneo. A los pocos minutos llegó el segundo, a través de Reinaldo García de penal. La albiceleste se instaló en campo rival y fue el amplio dominador del encuentro. Se dedicó a mover la pelota de un extremo a otro y el resto de los goles fueron cayendo con el correr de los minutos. El Nalo García metió el tercero, Lucas Ordoñez el cuarto y el quinto fue un golazo de Esteban Abalos, que sacó un fuerte remate de larga distancia. Ya era goleada y la etapa inicial se moría.
En el arranque del complemento, Sudáfrica salió a descontar. Lo intentó varias veces y lo logró por medio de Ricardo De Sousa. Sin embargo, el festejo por el único gol hasta el momento de los sudafricanos en el torneo duró poco. Argentina sacó de mitad de cancha y David Páez, con toda su experiencia, clavó el sexto.
La gente comenzaba a festejar un triunfo que valía la clasificación. Primero con el “vamos vamos Argentina” y después con la tradicional “ola”. De todas maneras, el local no se relajó en ningún momento y siguió anotando. Alvarez en dos oportunidades más, Páez y Ordoñez, redondearon la goleada final por 10 a 1, que podría haber sido mayor por el juego que desplegó Argentina.
Mañana será la primera gran prueba para “el equipo de José”. Frente a Italia dirimirá quien será primero y el segundo del Grupo B. En caso de ganar, la albiceleste evitará a España en cuartos de final y jugaría con Chile. Pero si pierde enfrentará al último campeón del mundo, en lo que sería una final anticipada.
