Hay derrotas que duelen mucho más que otras y en el camino del Argentino B, la de anoche será una de esas que no se digieren muy así nomás para Atlético Alianza. Es que cuando había hecho mejor las cosas, cuando incluso había sacado la ventaja a su favor y podía manejar el partido, se fue quedando, se equivocó y lo terminó pagando con derrota frente al Deportivo Guaymallén de Mendoza. Fue caída por 2-1 para el conjunto Lechuzo que jugó un buen primer tiempo, donde llegó al gol a través de Martín Alaniz y cuando mejor hacía las cosas para terminar de liquidar el partido, se nubló y lo terminó perdiendo casi sin merecerlo, que es lo que más duele en Santa Lucía. Es que Guaymallén nunca fue más que Alianza. El conjunto mendocino sufrió el primer tiempo y la pasó mal, pero en el complemento acertó en las que tuvo a través de Victorio Martiní y con eso se llevó para Mendoza tres puntos fundamentales en esta cerrada pelea dentro de la Zona 7 del Argentino B.
En el comienzo, fue Alianza el que empezó a imponer condiciones de la mano del mejor manejo de la pelota de sus volantes, en especial Renzo Ahumada que jugó e hizo jugar a todos. Así, el Lechuzo fue arrimando peligro al arco de Gonzalo Gómez con dos cabezazos: primero de Alaniz y luego de Del Castillo. Y así, de tanto insistir, Alianza tuvo premio a los 27’ de ese primer tiempo, cuando dudaron los centrales de Guaymallén, la dejaron picar dos veces en el área y Alaniz, muy rápido, definió para vencer a Gómez y ajustar el marcador a lo que se había visto en la cancha. Era ventaja merecida.
En el complemento, Alianza tuvo un muy buen arranque porque antes de los 5’ tuvo dos opciones de liquidar el partido pero no definió y eso le costaría muy caro después. Primero se lo comió Uranga y más tarde, Alaniz no pudo en el mano a mano con el arquero mendocino. Y claro, si no se hacen en el arco de enfrente, los goles se sufren en el propio y a los 8’, Alejandro Brizuela parecía tener todo resuelto en el área sanjuanina, pero dudó, se durmió y Victorio Martiní, aferrado a la cruel ley del ex, puso el 1-1 que desestabilizó a Alianza y lo metió en un túnel de confusión e impotencia.
Alianza ya no fue el mismo. Cometió más errores, no jugó colectivamente y se fue convirtiendo en presa de sus propias limitaciones. Guaymallén siguió en la suya. Esperando el error rival y a los 43’ se le dio. Matías Guerra metió el centro corto, bajo y casi inofensivo al área, la pelota quedó corta en un rebote y Martiní fue el verdugo final para poner el 2-1 favorable a un Guaymallén que no dejó pasar su oportunidad. Alianza, habiendo tenido todo para ganarlo, lo dejó pasar y se quedó con las manos vacías.
