Buenos Aires, 12 de abril.- La expectativa futbolera en la noche del viernes se quedó en el Libertadores de América, con el empate entre Independiente y Unión. Si bien la satisfacción por dicho resultado y el interés por permanecer en Primera es compartido entre Argentinos y Rafaela, en el Diego Armando Maradona se disputó una especie de final para evitar el descenso.

El primer tiempo se diluyó entre empujones, fricciones y pelotazos frontales que no generaban ningún tipo de riesgo en las áreas. Recién en el minuto 40 la “Crema” pudo organizar una jugada asociada, iniciada por Walter Serrano que consistió en una asistencia de Sebastián Grazzini para Rodrigo Depetris y culminó con un remate muy cerca del palo izquierdo de Luis Ojeda.

En el complemento las ideas futbolísticas también se ausentaron. Pese a los gritos de Ricardo “Caruso” Lombardi, su equipo no generaba absolutamente nada, a excepción del trabajo con la pelota parada. La escasez técnica en muchos protagonistas del “Bicho” hizo que ingresara el “Keko” Villalba para intentar darle velocidad a un ataque que era muy previsible.

Por su parte, los conducidos por Jorge Burruchaga mantenían la solidez defensiva y apostaban por las individualidades de sus atacantes. A los 24 minutos del segundo tiempo Jonathan López logró eludir al “Chino” Garcé y con un potente disparo exigió a Luis Ojeda, quien envió la pelota al córner. Los minutos pasaban y los arcos parecían cada vez más chicos.

Finalmente el encuentro terminó igualado. En La Paternal lo que amagó ser una final por la permanencia, se pareció más a un partido de pretemporada. Claramente ambos equipos se conformaron con la repartición de puntos que los mantiene alejados de la zona del descenso.