Asaltos hay muchos, pero pocos o ninguno tan atrevido y escandaloso como el ocurrido en un negocio situado sólo 40 metros de la Central de Policía. Sí, sucedió a menos de media cuadra del edificio con mayor presencia de uniformados, donde funcionan las áreas más importante de la Fuerza y se digitan las políticas de seguridad para todo San Juan.
El ataque fue obra de un ladrón solitario que entró a una agencia de quiniela y kiosco que queda al lado de la esquina, que da al frente de la Jefatura, y que escapó a pie con 800 pesos, cigarrillos y un celular tras dejar encerrada a su víctima.
Aunque en la Policía negaron el hecho, el robo sucedió el sábado al mediodía en ese local de calle General Paz 87 Oeste, casi Entre Ríos, en el centro capitalino y a metros del edificio principal de la Policía provincial. Fue tan osado el ladrón, o la impunidad con la que actuó, que cometió el atraco a cara descubierta y a plena luz del día.
El delincuente ya había ido a eso de las 10.30 de la mañana a comprar, relató Alejandra Recabarren (20), la empleada asaltada. “Primero vino a comprar un jugo y un paquete de galletas. Hasta me contó que estaba cuidando a un tío enfermo. Para mí, vino a chusmear pero aquí se encontró con un policía que estaba comprando. Supongo que entró acá pensando que teníamos mucho dinero, pero hace un mes que no funciona el Pago Fácil”, explicó. El desconocido compró, pagó y se marchó.
A las 12.55 el sujeto regresó al kiosco y le dijo amistosamente a la chica: “Acá estoy de nuevo, pero no te molesto más”, y le pidió un paquete de cigarrillos. Cuando la chica se acercó a un estante, él la agarró por la espalda, le tapó la boca y la tiró detrás del mostrador. La puerta del local es de vidrio y permanecía abierta. “Me decía que me quedara ahí, que agachara la cabeza y no lo mirara porque tenía un arma. A cada instante me amenazaba con que tenía un arma. Estaba más nervioso que yo. No sé cuánto tiempo estuvo, pero me pareció una eternidad”, relató la chica. El delincuente tomó los 700 pesos en billetes y otros 100 en monedas que tenía en la caja, a la vez que quiso abrir otro cajón y el buzón de Pago Fácil, pero no pudo.
También ordenó a la joven que le diera una bolsa, donde metió 40 paquetes de cigarrillos, y le quitó el celular. Después le ordenó que no se moviera, fue ahí que salió, cerró la puerta con llave desde afuera y escapó.
