El Festival Teatro Arriba llega a su fin luego de una semana exitosa, con una muy buena concurrencia de espectadores. Y para ponerle el broche de oro a un ciclo que logró emocionar y divertir al público sanjuanino con sus propuestas artísticas y culturales, el gran cierre de esta noche tendrá como protagonista a la legendaria murga uruguaya Asaltantes con patente, en la Plaza Hipólito Yrigoyen. Un coro de 15 integrantes, rostros pintados, excéntricos trajes y su singular humor cantado a capela, darán un espectáculo que promete atrapar a todo espectador e invitarlo a subirse a su ritmo de carnaval.

Asaltantes con patente es uno de los nombres más emblemáticos en la banda oriental. Esta murga está presente en los escenarios montevideanos desde 1928 y es una de las más antiguas junto a otra formación histórica llamada Curtidores de Hongos. Después de un tiempo de estar guardados, regresó a la actividad este año gracias a la gestión del futbolista de Nacional, Álvaro Recoba y con el pie derecho, ya que ganó nada menos que el Concurso Oficial del Carnaval de Uruguay 2013. Y entonces sí volvió a cruzar el Río de la Plata para girar por numerosas ciudades de Argentina. Una de ellas, San Juan, adonde llegan en el marco del Circuito nacional de Teatro, por primera vez y dispuestos a hacer saltar de alegría al público con ritmo rioplatense.

Marcelo Pallarés es uno de los nuevos integrantes del plantel pero que lleva muchos años de murguero por las tablas habló con DIARIO DE CUYO antes de la función de esta noche.

‘Pasamos por Chilecito, Concordia, Paraná, Resistencia, Jujuy, Salta y la verdad nos está yendo muy bien. Valoramos mucho la posibilidad que nos dio el Festival de Teatro Arriba de recorrer el interior de Argentina. Anduvimos por lugares donde la murga nunca estuvo antes y terminamos siempre con la gente bailando y cantando a la salida del teatro’, contó el interprete desde el motorhome que transporta a todo el grupo, actuales ‘campeones’ del Carnaval de Montevideo, aunque en realidad atesoran muchos premios que datan desde la primera mitad del siglo XX.

Asaltantes con patente se fundó en 1928 en el barrio de la Aguada, conocido en Montevideo como el ‘Bar de Nieto’. Al comienzo sus creadores ensayaban sin tener un nombre, hasta que decidieron realizar el bautismo tomando un hecho que conmocionó a la sociedad uruguaya un 25 de octubre de ese mismo año. Una banda de anarquistas, liderada por Miguel Arcángel Roscigna, asaltó la casa de cambio Messina. Antonio ‘Cachela’ Casaravilla, se inspiró en este atraco para proponer el nombre de Asaltantes con patente.

La trama del espectáculo que presentarán, gira en torno a tres generaciones -hijo, padre y abuelo- que se vinculan mediante simples conflictos cotidianos. Cada conflicto abre paso a un cuadro musical de humor colectivo. El show expone las delicias y sin sabores que resulta ser padre, entre algunos temas y en otros aspectos, sale a la luz una mirada satírica sobre el ser progresista, que añora su pasado pero pone en cuestionamiento sobre el presente de su condición. ‘A la mayoría de los que nos sentimos progre, les hacemos recordar que en realidad estamos más aburguesados que los burgueses de toda la vida. Lo hacemos con mucho humor, es la herramienta más eficaz para hacer pensar sobre el cotidiano vivir’, contó Pallarés que con 50 años de edad, es uno de los más veteranos del elenco.

Con toda su experiencia, lo que más lo sorprendió en esta gira que viene llevando es descubrir la cantidad de murgas de estilo uruguayo que existen en Argentina. ‘Desde el Norte hasta la Patagonia, encuentro grupos formado por gente que nunca pisó Uruguay y que aprende mediante talleres, videos, por internet… Eso me dio gratitud, porque le ponen su propia impronta y desarrollan su propio género. Esto de exportar artistas, cantantes, autores, futbolistas y ahora un género artístico y cultural, me parece increíble’, señaló. Además, definió a la murga como ‘una expresión que tiene un lenguaje muy directo y que llega rápidamente, lo que sucede en Argentina es sorprendente, tal vez porque debe estar llenando un agujero vacío dejado por el rock, en cuanto a discursos’ y concluyó diciendo que ‘pero estar en una murga es exigente y muy divertido a la vez. Podemos crear canciones que más nos plazcan o adaptar otras ya pre-existentes cambiando su letra. Hay que saber bailar, actuar, maquillarse, improvisar y cantar. Es una pasión tan fuerte para nosotros como lo es fútbol. Una vez que mirás a 17 tipos pintados cantando y te reís con ellos, la murga te atrapa y te quedás enganchado para siempre".