Eran alrededor de las 23,30 del viernes cuando comerciante Diego Uñate resolvió salir, dejando la puerta de su casa sin llave: al fin y al cabo, solo iba al lado con sus dos pequeños hijos a comprar algo en el negocio de su vecina para el desayuno de ayer. La rutina marchó sin sobresaltos, pero cuando regresaron a casa se llevaron una sorpresa mayúscula: adentro, los esperaban dos sujetos con armas y sus rostros cubiertos con capuchas que, sin dudar, lo encararon con una exigencia precisa: ‘dame la plata de los albañiles’, le dijeron. No fue el único dato que reveló un llamativo conocimiento por parte de los ladrones, pues también le pidieron las llaves de su BMW que no estaba en la casa, dijeron ayer fuentes policiales.
Según las fuentes, Uñate había pagado por la mañana a los albañiles pero los delincuentes no se fueron con las manos vacías: unos $36.000 en efectivo, $128.000 en cheques, su teléfono celular y los dos juegos de llaves de su coupé BMW fueron parte del botín, precisaron.
Todo pasó en la casa de dos plantas en plena remodelación que Uñate tiene en calle Sanidad Argentina, en el barrio Portal de los Andes II, Rivadavia. La principal teoría es que los ladrones lo vigilaron y se metieron a su casa apenas salió, dejando la puerta sin llave. Adentro, no maltrataron a ninguno, pero antes de huir dejaron al dueño de casa maniatado en el baño, informaron.
El hecho generó otra situación de máxima tensión, porque en pleno asalto, la comerciante que había atendido a Uñate sufrió un corte de luz por un cortocircuito en una heladera. Y cuando fue a pedir ayuda fue recibida con un ‘qué pasa’ a través de la hendija de la puerta. La mujer -dijeron- vio a uno de los encapuchados y salió a la carrera cuando escuchó a uno de los niños pedir ir con su papá. Ahí, el ladrón salió corriendo. Su cómplice luego, se fue caminando, como si nada.
