El terror se apoderó ayer en la madrugada de una ingeniera que fue atacada y asaltada por dos delincuentes que irrumpieron a punta de pistola en su casa de Rivadavia. La tomaron del cabello y la tiraron al piso. Su hija dormía y ni cuenta se dio del robo. Los vecinos escucharon sus gritos, entonces alguien llamó por teléfono y escucharon la voz desesperada de la mujer que pedía ayuda. Al ver que los habían descubiertos, los ladrones escaparon con unas pocas cosas.
En cuestión de minutos, Claudia González pasó de la tranquilidad de la noche al pánico, según datos policiales. Vecinos contaron que la mujer de 37 años, de profesión ingeniera, había estado regando la vereda de su casa en calle Soler, al Norte de Comandante Cabot, en el barrio Rivadavia. Alrededor de la 0.30 entró a su vivienda. Las versiones indican que después sonó el timbre y, cuando ella abrió la puerta, dos desconocidos la empujaron y se metieron apuntándole con una pistola 9 milímetros. Otra versión decía que se metieron por un portón lateral.
Supuestamente, uno de los delincuentes la tomó del cabello y la lanzó al suelo. En esos instantes se escucharon los gritos de la mujer, lo que preocupó a los vecinos. Igual nadie se acercó a ver qué pasaba. Mientras tanto, los sujetos empezaron a revisar las habitaciones de la casa y así llegaron al cuarto donde dormía la hija de González, de 6 años. La mujer, resignada y aterrada, les suplicó que se llevaran todo o que hicieran con ella lo que quisieran con tal de que no tocaran a la nena, contaron en la Policía. Por suerte, la pequeña no se despertó y los delincuentes se alejaron del dormitorio.
A todo eso una persona llamó por teléfono a la casa de González, pero ésta no contestó. No pasó mucho que volvió a sonar el teléfono, fue ahí que la mujer logró zafar y atendió: ‘Ayúdenme. Llamen a la Policía’, alcanzó a decir y se cortó la comunicación, según relataron vecinos. Ante esto, los ladrones abortaron parte del plan antes que llegara la Policía. Dejaron los artefactos que habían preparado para llevarse y también las llaves del auto de González, el cual aparentemente pensaban robar. Y en cambio tomaron una notebook, unas joyas, un celular y algo de dinero y salieron a la calle para escapar a pie, según los vecinos que hablaron con la víctima. En la Policía, dijeron que sólo denunció el robo de la computadora y algunos pesos mexicanos.
