Dos encapuchados entraron a una casa ubicada a 100 metros de la comisaría de Concepción, en Capital, y atacaron a un anciano mientras dormía. El hombre de 81 años aseguró que los delincuentes lo golpearon hasta que no tuvo otra alternativa que entregarles 25.000 pesos en efectivo y dos cheques, y después lo dejaron maniatado en su cama. También contó que hace un mes, de la misma vivienda, le sustrajeron 56.000 pesos cuando no estaba.
Antonio Díaz cree que dejó la puerta de la cocina (que da al fondo) sin traba y que fue por ahí por donde se metieron los dos desconocidos que lo sorprendieron ayer cerca de las 3 de la madrugada en su domicilio en la calle Tucumán entre Juan Jufré y Cereceto, frente a la plaza de Concepción y en cercanías de la Seccional 2da. Estaba solo porque su mujer actualmente se encuentra enferma y permanece en casa de su hijo.
“Estaba durmiendo y escuché el portazo. Cuando me desperté, ya tenía a los dos tipos encima mío dentro de la pieza. Uno de estos delincuentes me tapó la boca y me dejo: ‘Dame la plata, viejo. Dame la plata’. Ahí nomás me pegaron unos bastonazos con mi propio bastón. ¿Y qué iba a hacer yo? Un pobre viejo frente a dos pibes jóvenes…”, relató Díaz, quien tiene un taller que repara bombas de agua.
Los sujetos iban por dinero. “Me trajeron a la cocina, me agarraron del ‘cogote’ y de un brazo y me empezaron a decir que entregara la plata que tenía. No revisaron las otras piezas ni la cocina. No se llevaron los dos celulares o el tele, lo único que querían era la plata. Para mí, esto fue una entregada’, agregó el anciano, que aseguró que “en un momento pensé: ‘le doy la plata, no vaya a ser que me quiebren el brazo o me maten’. Y les dije dónde la escondía”.
Él mismo indicó que tenía el dinero guardado en una bolsa plástica en la chimenea. Fue así que los delincuentes encontraron el envoltorio y se apoderaron de esos 25.000 pesos y dos cheques por 9.500 pesos, denunció ayer Díaz. Después, el anciano fue llevado hasta su dormitorio, donde le ataron los pies y las manos con una sábana y una camisa. “Los hijos de gran p… me dijeron que no llame a la Policía, o si no me iban a matar”, relató el hombre mayor. Se supone que los asaltantes salieron por el mismo lugar que entraron, por el fondo y trepando las paredes linderas. A los minutos, el anciano consiguió liberarse y se cruzó al vecino a pedir ayuda. Díaz también contó que hace un mes, a plena luz del día y cuando él estaba con sus empleados en un trabajo, desconocidos entraron a su casa y le robaron 56.000 pesos.
