El alza del precio de la papa durante las últimas semanas encendió una luz de alarma con el cultivo ya que no puede competir con los granos. Plantar papa cuesta 6.000 dólares la hectárea y hay problemas de producción, mientras que para una de soja son necesarios sólo 240. Ocurre que los cereales desplazan sensiblemente a la papa y que le quiten unas pocas hectáreas hace que el cultivo se resienta.