Frente a la censura del gigante asiático denunciada por Google, China instó ayer a EEUU a que deje de criticar sus métodos de control en Internet, después de que los norteamericanos pidieran explicaciones al respecto.
Hace poco más de una semana, Google amenazó con abandonar su actividad en el país asiático, tras hallar que varias cuentas de correo electrónico de periodistas, empresas y disidentes políticos chinos habían sido pirateadas.
Google, el popular buscador de internet fundado en EEUU, decidió replantearse su estrategia en China, donde está presente desde hace cuatro años, al entender que no se están cumpliendo los objetivos con los que se implantó en el país y que le llevaron a transigir con la censura gubernamental.
El Gobierno estadounidense apoyó al buscador pidiendo explicaciones e interponiendo una queja formal al régimen comunista por el ciberataque contra Google.
Entre las víctimas de estos ataques se cuentan los correos electrónicos de activistas como el abogado Teng Biao, o del artista Ai Weiwei, así como corresponsales extranjeros y empresarios de por lo menos 34 compañías, cuyos correos estaban siendo reenviados a direcciones desconocidas.
El asunto amenaza con sumarse a la lista de tensiones que mantienen abiertas la primera y la tercera potencias económicas mundiales y que incluyen temas como los derechos humanos, la situación del Tíbet y Taiwán y la depreciación de la moneda china.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, hizo un llamado el jueves pasado por una internet mundial sin restricciones y llamó a la condena mundial de quienes realizan ciberataques. La funcionaria señaló que las crecientes restricciones de internet eran un Muro de Berlín moderno.
Los países que construyen barreras electrónicas a partes de internet o filtran los resultados de búsquedas, van en contra de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, que garantiza la libertad de información, declaró Clinton.
"Instamos a EEUU a que respete los hechos y deje de usar la llamada libertad en Internet para realizar acusaciones injustificadas contra China", señaló, en un comunicado, el portavoz de turno del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Ma Zhaoxu.
Sin embargo, el portavoz reconoció que China tiene sus "propias circunstancias nacionales y tradiciones culturales", lo que, según grupos de libertad de prensa como Reporteros Sin Fronteras (RSF) o Human Rights Watch (HRW), convierte la censura china en la más sofisticada del planeta. El régimen chino censura contenidos pornográficos o políticamente subversivos, como la corrupción, la represión étnica en Tíbet y Xinjiang, o la matanza de estudiantes de Tiananmen de 1989, pero también blogs, chats y redes sociales en las que la población airea corruptelas o conflictos, como Twitter, Facebook o Youtube.
El diario "South China Morning Post" señala en un análisis que la reacción de Google no tiene que ver con la libertad, sino con "la fantasía occidental de ganar dinero en China al mismo tiempo que la democratizan", cuando en realidad su cuota de mercado es del 30 por ciento frente al 60 del buscador local Baidu.
