La relación entre los sanjuaninos y la bicicleta se puede decir que es íntima. Compañera inseparable por décadas. Las hay para diferentes propósitos, ya sea de paseo, ruteras, pisteras o mountain bike (todo terreno). Precisamente esta última es la vedette de estos tiempos. En general suelen verse a decenas de ciclistas partir hacia el campo. Se trata de familias completas y grupos de amigos. Todos vestidos y equipados con los elementos necesarios para practicar esta especialidad.
Esta modalidad suma cada vez más fanáticos. "El número se ha incrementado desde el año 2000 a la actualidad", cuenta Ricardo Filipini, de Bicicletería Pereyra. El vendedor agrega que los motivos son diversos, "esta actividad es atrapante porque hay mucha adrenalina, lo practica gente de todas las edades. Están aquellos que sólo quieren salir a sitios suburbanos de la provincia con la intención de disfrutar el paisaje y el aroma de campo. Están quienes buscan mejorar o mantener un buen estado de salud y por último, quienes se dedican de manera profesional a competir por geografías escabrosas como lomas, cerros, dunas, entre otras", explica.
Quienes le han dado tinte de popular al mountain bike son sin dudas las familias y grupos de amigos que todas las semanas salen en busca de la aventura en dos ruedas.
Historias
Marcelo Ponce / Entre salud y pasión
Entre los años 2001 y 2002, Marcelo Ponce Granados comienza a pedalear luego de sufrir una lesión en su rodilla. Es que el hombre es deportista de alma: jugaba al rugby en el San Juan Rugby Club. "Mi traumatólogo me aconsejó que lo único que podía hacer era bici y natación, por lo tanto me incliné a estos deportes y comencé a pedalear. Primero como una obligación y luego me fui metiendo de un deporte en equipo como era el rugby, a un deporte individual como es el mountain bike. Y así comencé con una bici muy básica y entrenando con amigos. Luego fui creciendo en exigencia y cambiando bicicletas con el correr de los años. Después aparecieron las competencias combinadas en equipos y así volví a tener el mismo espíritu de equipo de cuando jugaba rugby. Así fue que comencé a competir en todas las carreras de mountain bike de nuestra provincia, duatlones y muchas carreras de aventura", cuenta.
El tiempo de entrenamiento depende de los eventos a correr pero, en general, Marcelo entrena como mínimo tres veces por semana. "Generalmente los sábados o domingos se realizan entrenamientos más duros, ya que uno tiene más tiempo. Otra cosa muy importante es que si bien es un deporte individual, generalmente nadie entrena solo, siempre es muy bueno hacerlo en equipo o grupos".
Marcelo comenta que siempre, tanto él como compañeros del ciclismo tienen la presencia de sus familias. "Siempre ellos están al tanto de nuestra actividad y generalmente nos ayudan en la asistencia de las carreras, llevando agua, comida, apoyo psicológico, etc. y realmente es fundamental. También esto se contagia a nuestros hijos, ya que en mi caso tengo un varón (Juan Cruz) de 13 años, que juega al rugby, pero se da tiempo para correr todas las carreras que se organizan en San Juan, y en los últimos años tenemos algunas carreras en las cuales corrimos en categorías padre e hijos". Agrega que "también tengo dos nenas: Delfina, de 11 anos, y María Paz, de 9. Ambas ya corrieron varios eventos de mountain bike de infantiles como el Cuestita del Viento, que se organiza en Rodeo a fin de año".
Marcelo cuenta además que "en San Juan hay muchos grupos de entrenamientos, muy buenos, y con gente de muy buena calidad humana que te ayudan mucho y te ubican en grupos de tu nivel físico y de tu nivel de destrezas. Además creo que hay que tratar de compartir con nuestra familia y con amigos lo bueno de hacer deportes, en este caso mountain bike".
Darío Ramírez / El entrenador
A pesar de su juventud, Darío Ramírez tiene una larga y dilatada trayectoria como ciclista profesional. A su cargo están decenas de personas que guía a campo traviesa para aprender y disfrutar de la bicicleta todo terreno. El hombre de 34 años es ciclista desde los 5. Compitió en el interior del país y el extranjero. Trabajó y entrenó por varios de los mejores entrenadores a nivel nacional e internacional y pertenece a una familia dedicada en su totalidad a la actividad ciclista desde su padre (Armando Ramírez) y sus hermanos, con lo cual el grupo también tiene el respaldo de la Fundación Armando Planeta Ramírez para toda actividad competitiva que se realice.
Darío tiene como objetivo formar, tanto en la parte física, como técnica a todos aquellos que estén dispuestos a realizar una actividad como es el ciclismo de montaña en diversas edades y géneros. "Uno de los principales objetivos es lograr superar todos aquellos desafíos físicos que nos proponemos, siguiendo un entrenamiento estructurado y de gran exigencia. Transformar lo complicado y exigente, en algo sencillo y divertido" cuenta.
La gran meta del joven "es superarse día a día, compitiendo con uno mismo. Lograr desarrollar en el biker la confianza, las aptitudes y la capacidad física de poder enfrentar, desde una carrera mountain bike hasta las competencias de alto rendimiento. Participar de este grupo te asegura una interacción permanente con la naturaleza, proponiendo un grupo divertido y de amistad, siendo este el otro objetivo principal".
Es que en esta década, el mountain bike es sinónimo de compartir deportes en grupos de amigos, por eso Darío es un referente a la hora de guiar al grupo en esta actividad, tanto para aquellos que lo practican de forma amateur como profesional. Es por eso que a la hora de pedalear con amigos que quieren dedicarse a esta disciplina deportiva, el grupo cuenta con el asesoramiento de profesores y un grupo médico con el cual no se dejan puntos sin tener en cuenta.
Al analizar este deporte, Darío dice que "el MTB es una tendencia que comenzó hace varios años con pocos adeptos, pero en los últimos 5 o 6 años tomó una relevancia nacional con carreras en todo el país y gente que se suma cada año. Lo vemos reflejado en cada carrera en las cuales hace un par de años competían entre 80 a 100 biker hasta llegar a tener 500 por carrera en la actualidad".
Por otra parte también se ve el crecimiento de la gente que lo practica como deporte de salud o de esparcimiento en el cual se da en los grupos de entrenamiento que ha crecido en un 100 por ciento desde sus comienzos.
María Eugenia Lecich / Todos en familia
Una de las consignas familiares es el amor al deporte. Es por eso que María Eugenia Lecich (46) suele salir a pedalear con su marido, Jorge Ubino (52) y sus hijos, Juan Francisco Ubino Lecich (16) y Victoria Ubino Lecich (15 años). "Nuestra historia en esta actividad es simple. Comenzó gracias a un amigo (Jorge Ruiz) que hace dos años y medio invitó a mi hijo (Junfri ) a correr una carrera de aventura y desde ese momento y ante el entusiasmo de mi hijo por esta actividad fue que dejó de practicar rugby, que hasta ese momento era lo que realizaba para dedicarse con gran pasión al montan bike. A él se le sumo mi hija (Vico), y desde hace un año, mi marido y yo", cuenta la biker.
Agrega que "desde ese momento salimos todos juntos 3 o 4 veces por semana con el grupo de entrenamiento de Darío Ramírez , nuestros hijos son los que más entrenan y nosotros tenemos que ir alternando esta pasión con nuestra profesión".
Entre tantas cosas positivas para rescatar por parte de Mariana es que "cada uno de nosotros tiene sus propias experiencias y limitaciones, pero hay algo en común que compartir, esta actividad nos ha dado lo más importante que es poder estar juntos a nuestros hijos, en familia, poder hablar el mismo idioma que ellos, poder compartir amigos, reuniones, diversiones y también trabajo, como cuando hay que preparar todo para que uno o los dos corran una carrera o lavar las bicis".
Mariana resume esta experiencia como importante, porque "nos ha dado algo que buscábamos, que es ser felices juntos, disfrutando pequeños momentos todos los días. Es una actividad tan linda y sana que aunque no lo hagas en familia siempre vas a encontrar un grupo de amigos para sentirte bien como si fuera una familia, como es nuestro grupo de amigos de entrenamiento".
Mariana Luchini / La mejor terapia
Se puede decir que el mountain bike es una muy buena sorpresa que le dio la vida a Mariana Luchini. La mujer de 41 años es una auténtica fanática de esta especialidad del ciclismo. Esta entusiasta deportista relata su historia así: "mi familia está formada por Ignacio (44), María Pilar (14) y Fernando (12). Fue mi marido quien comenzó con la práctica de este deporte. Por invitación de un amigo compró una bicicleta básica de montaña y comenzó a pedalear. Cada salida comenzó a ser una aventura única: por el placer de hacer ejercicio, compartir con amigos, conocer lugares hermosos y andar en bici desafiando obstáculos como médanos, lechos de ríos, piedras y senderos escarpados".
Mariana cuenta también que +un poco más tarde le pedí a mi marido que me compre una bici y empecé a salir con amigas. Fue la mejor terapia que encontré. Volvía de cada salida contenta, con energía, con mil anécdotas y con las ganas de que llegue el próximo día de salida en bici a la montaña.
En principio las conversaciones sobre la bici eran sólo nuestras, pero actualmente involucran a toda la familia, charlamos en los almuerzos un montón sobre las experiencias vividas.
Cada salida a la montaña es un aprendizaje desde el primer día. La satisfacción de superar obstáculos, vencer temores, alcanzar un poquito más arriba la subida que la vez anterior, levantar la velocidad con mayor resistencia, etc. son las razones que motivan a seguir adelante desafiándose a uno mismo".
Mariana afirma: "el mountain bike es una sorpresa. Uno no sabe andar en bicicleta hasta que se pregunta: ¿seré capaz? ¿podré yo hacerlo? Y prueba. En el 80 por ciento de los casos pasa a ser un vicio. ¡Se empieza y no se puede dejar!
Las carreras de mountain bike que se realizan en nuestra provincia son también una motivación. Siempre compartidas en familia fueron las que incentivaron a los chicos en la práctica de este deporte. Como mamá me emociona poder hacer una carrera con mi hija compartiendo esta actividad que tanto nos gusta, porque es un proyecto de las dos que nos mantiene unidas. Nos preparamos, nos divertimos y para mí eso no tiene precio.
Poder realizar esta actividad en familia nos une, nos ayuda a compartir espacios que no son fáciles de encontrar con los hijos. Nos ayuda a realizar una actividad física que beneficia nuestra salud; también mantener buenos hábitos de alimentación".
Con respecto a las relaciones interpersonales, la biker comenta que "se fortalecen los vínculos y relaciones no sólo con la familia, sino también con otros integrantes de grupo de todas las edades. Se aprenden valores como la paciencia, la perseverancia, el autocuidado, la solidaridad y el compañerismo. También ayuda a la autoestima y al desarrollo de la confianza en sí mismo, porque cada logro tuvo atrás su esfuerzo, su tiempo, su dedicación para alcanzarlo. Es que en este deporte los beneficios son múltiples. Mayor y mejor tiempo compartido en familia y con amigos", concluye.
