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Al respecto el Dr. Gustavo Marón, encargado del Departamento de Aeronáutica de Mendoza expresa textualmente que "En el planteo mismo del tema y en el abordaje ulterior por parte de la prensa, se advierte una supina ignorancia que se multiplica hasta llevar el tema al nivel de mito urbano”. Interpretando los términos "supina ignorancia”, de acuerdo a la Real Academia, se estima que lo que quiso expresar es "una necia ignorancia”, tanto de la gente del Valle como de la prensa sanjuanina.
En sus considerandos el Dr. Marón expresa que las aeronaves mendocinas afectadas a la prestación del servicio de siembra aérea de nubes inherentes al sostén del Programa Provincial de Mendoza de Modificación Artificial del Tiempo Atmosférico previsto por la Ley provincial 6638/98 nunca han realizado siembra de nubes fuera de los límites políticos de la provincia, para producir aumento de lluvias, incremento de nevadas, disipación de nieblas y supresión o disminución de granizo.
El día 8 de marzo de marzo de 2014 el mismo
Si hay algo que el Dr. Marón, no tiene en cuenta es que la gente de campo, aunque no lo haya estudiado ni comprende sus tecnocracia sobre este tema, sabe quizás igual que él y sus colaboradores del comportamiento de las nubes, sus desplazamientos, los vientos y todos los fenómenos climáticos, porque se han criado observando el cielo.
El sembrado de nubes para hacer llover inyectando Yoduro de Plata, hielo seco o sales varias sobre las nubes, incluso dentro de ellas, es un procedimiento utilizado en forma reiterada en diferentes países en las últimas décadas. Con la diferencia que en la generalidad de los casos se han realizado a modo de experimentación. También se ha usado bastante esta técnica con fines bélicos para desertificar las zonas en conflictos aledañas, o para prolongar la duración de los monzones durante algunas guerras, y no como aplicaciones sistemáticas para provocar las lluvias con fines pacíficos.
Esta práctica puede llegar a determinar que en los lugares donde se inyecta estos productos químicos, se puedan ver surgir interesantes cosechas, mientras que en los lugares donde naturalmente las nubes descargarían su agua se produce la desertificación.
Hay incluso actualmente fuertes conflictos políticos causados por las regiones vecinas donde se ha implementado este sistema, en diferentes partes del planeta, que se acusan de "robar la lluvia”, utilizando la siembra de nubes, esto evidentemente se verá muy agravado en el tiempo y no es descabellado pensar en fuertes conflictos bélicos entre los que "roban las nubes” y los que no se quieren dejar "robar”.
Casi raya lo poco serio indicar, como lo refiere el mencionado funcionario, que jamás los aviones rompetormentas de Mendoza han sobrevolado sembrando nubes más allá de los límites geográficos de la provincia de Mendoza. Sin querer el mencionado funcionario expresa un argumento poco serio, pues lo que se hace es robarle la lluvia a las zonas donde naturalmente debería llover, provocando su desertificación, muy probablemente sea el caso de 25 de Mayo y particularmente Valle Fértil de San Juan.
Si son tan serios y beneficiosos sus resultados, deberían dejar pasar las nubes y reforzar las lluvias donde naturalmente debería caer, ojalá estén fuera de los límites de su provincia.
Es cierto que se puede disminuir la incidencia de caída de granizo o formación de cumulonimbos, pero las nubes captadas por los radares de última generación pueden distinguir qué tipo de nubes.
Al tratarse de un problema tan serio que afecta a dos o más provincias, esto de "robar la lluvia”, escapa a las decisiones y leyes particulares de un gobierno provincial, para tratarse de un Problema Federal, que afecta en forma directa a dos o más provincias, es fundamental que intervengan entre otros, el Servicio Meteorológico Nacional, los radares de la Fuerza Aérea Argentina, Conicet a Nivel Nacional, y formar un sólido equipo nacional, no provincial, de Control de esta práctica, para determinar si el rociado de nubes con elementos químicos es para evitar la formación de granizo y el crecimiento de los cumulonimbos en determinado lugar, día y hora, o para hacer llover.
Por la importancia de este problema y para evitar futuros conflictos en esta y otras zonas del país, debería ser legislado por el Congreso Nacional su implementación y empleo.
Acá está en juego la prosperidad de determinadas zonas de una provincia a costa de la desertificación de los valles fértiles de otra.
(*) Dr.(Ph.D) en Ciencias Técnicas. Ing. Electromecánico. Ex Profesor Titular Exclusivo Facultad de Ingeniería, UNSJ.
