Florencia Fabris tenía 38 años y una carrera brillante. Había llegado de Buenos Aires para interpretar el Requiem de Verdi el viernes pasado, en el Auditorio Juan Victoria (foto), ambas experiencias por primera vez. En el final, comenzó a sentirse mal y terminó la obra sentada. Al terminar el concierto, fue asistida por médicos que había entre los espectadores, luego llevada a una clínica donde le diagnosticaron el ACV y después trasladada a Mendoza, donde fue operada. Según comentaron a DIARIO DE CUYO, salió bien de la cirugía, pero otro derrame -ayer- terminó con la vida de la reconocida soprano, mamá de dos niños de 9 y 7 años.
"Estamos conmocionados todos… Empezó a sentirse mal en su parte de solista, coro y orquesta… Nunca perdió el conocimiento… Estaba tan contenta con el Auditorio, quería hacer esta obra’, dijo ayer a este medio José D. Petracchini, quien explicó que el traslado (en ambulancia que vino desde Mendoza) fue una decisión familiar luego de evaluar las opciones, ya que "aquí sí se podía operar a cielo abierto y la familia optó por una cirugía endoscópica’.
Diplomada en el conservatorio de Santa Cecilia en Roma y con Maestría en el Colón, protagonizó roles principales en el país y el extranjero. Será velada hoy desde las 17 en Buenos Aires.
