La Bandera Ciudadana, la primera que enarboló victoriosa en suelo chileno la Campaña libertadora, ya está en San Juan como una de las pertenencias históricas más preciadas: simboliza la participación activa de la sociedad sanjuanina en la gesta sanmartiniana. También porque este trofeo será para siempre el estandarte de la provincia, con todo el simbolismo que implica esta identidad.
Este estandarte tiene desde sus comienzos un protagonismo que marca el espíritu patriótico de quienes la crearon para que estuviese al frente de las tropas de la columna al mando de Juan Manuel Cabot, la IV División del Ejército de Los Andes, que se formó en San Juan por orden del general José de San Martín, e integrada por abnegados criollos locales, en particular provenientes de Jáchal e Iglesia. Pero como el pueblo, lejos de ser indiferente, estuvo consustanciado con la magna lucha por la libertad, se sumó en todos los detalles del titánico embate contra los realistas, que el Libertador planificó sobre suelo chileno y luego en Perú, para consolidar los ideales de la Revolución de Mayo. En esa estrategia se sumó la insignia confeccionada por las patricias sanjuaninas que la elaboraron con ahinco para ser entregada a tiempo en la Plaza Mayor, donde Cabot la hizo jurar por sus efectivos, tras recibir la bendición del padre José de Oro. Poco tiempo después, la victoria por la liberación de La Serena, en febrero de 1817, la coronó de gloria al ser enarbolada victoriosa.
El nombre de Bandera Ciudadana encierra todo un simbolismo que llena de orgullo a los sanjuaninos, porque son contados los pueblos que se pueden identificar con una bandera que está cubierta de gloria y que fue inspirada y confeccionada por nuestros ancestros republicanos.
