El presidente Barack Obama se encaminaba anoche a lograr la aprobación histórica sobre la reforma sanitaria, cuando en la Cámara de Representantes de EEUU, los demócratas se apuntaron ayer una primera victoria, al aprobar una votación de procedimiento por 224 sufragios a favor frente a 206 en contra.
Esa victoria dejaba ver que la mayoría demócrata contaría con los "síes" suficientes para aprobar, en sendas votaciones, los dos proyectos de ley que estructuran la histórica reforma.
Hasta el cierre de esta edición, los congresistas mantenían el debate para luego votar dos proyectos de ley distintos. Uno es el que ya aprobó el Senado en diciembre, y que si recibía el visto bueno de la Cámara de Representantes sería trasladado al presidente Obama, para su firma y conversión en ley.
El otro -que se votaría primero- introduce una serie de enmiendas a la iniciativa anterior, para hacerlo más del gusto de los congresistas.
La votación fue encaminada gracias a la programación de tres votaciones consecutivas. La primera votación fue de procedimiento, para establecer las reglas del debate acerca de la medida y fue aprobada por 224 sufragios a favor frente a 206 en contra.
Los demócratas se aseguraron los 216 votos necesarios para aprobar la reforma después de que el líder de un grupo de congresistas que se oponían a la medida, Bart Stupak, anunció que había llegado a un acuerdo con la Casa Blanca y los líderes de su partido. Stupak reclamaba garantías de que la reforma no permitiría el uso de fondos federales para la práctica de abortos. Obama emitió una orden ejecutiva que dejará claro que no se podrán usar esos fondos para las interrupciones voluntarias del embarazo, salvo casos extremos.
Al abrir el debate, el líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, declaró que "nos encontramos ante una opción histórica". Mientras en el exterior del Capitolio, manifestantes contra la reforma presentes a lo largo de todo el día pedían "tirar a la basura" la medida.
La reforma del sistema sanitario marca el rumbo del gobierno demócrata en un año electoral, cuando los niveles públicos de su aprobación han caído en picada a cerca del 50%, según varios sondeos.
Entre otros aspectos, la reforma prohibirá a las aseguradoras rechazar dar cobertura a personas que ya padezcan alguna enfermedad y hará obligatorio para la mayoría de los residentes el contar con un seguro médico.
