Buenos Aires, 20 de septiembre.- La violencia en el fútbol volvió a escribir otra página negra en su historia y van… Pero cada vez los hechos son más graves y ponen en alerta a la sociedad. Antes del partido que jugaron All Boys y Estudiantes en Floresta, se enfrentaron los barras pero con armas de fuego en mano.
El hecho se produjo ayer apenas a una cuadra del estadio. El recorrido de los micros del grupo más complicado de Estudiantes incluyó, ya dentro del barrio, la calle Alvarez Jonte hasta Joaquín V. González, y allí, doblaron hacia Miranda donde se encuentra la cabecera destinada a los visitantes. El punto es que Alvarez Jonte oficia como neto territorio Albo, la principal arteria por la que suele llegar su gente y sobre la que, en el cruce con Chivilcoy, se agrupa su hinchada para acceder a la nueva tribuna lateral del Islas Malvinas.
Al quedar a doscientos metros ambas parcialidades, y a pesar de que el operativo conformado por unos 300 policías disponía de efectivos en la zona, el choque resultó inevitable. Los disturbios principales se produjeron al llegar a Bahía Blanca, con piedras como elementos preferenciales, que dejaron el tendal de una decena de automóviles perjudicados aunque lo más grave de los acontecimientos es que también se pudo apreciar durante el cruce armas de fuego que, parece, no fueron utilizadas. Así lo registró el diario Crónica.
El oficial a cargo del operativo, sub-comisario Juan Manuel Esquivel, transmitió satisfacción por el accionar de su gente durante el conflicto, que permitió desbaratarlo sin heridos, pero tampoco se registraron detenidos.
