El envase que más llamaba la atención era uno que parecía metálico, de color dorado. Era un vodka de buena marca, valuado en poco más de 100 pesos. Además había botellas de fernet, de whisky, champagne, licor, aperitivos, cerveza, espumante y vino común, en tetra brik y damajuanas. Unos 845 litros de alcohol decomisado el Día de la Primavera pasado en controles policiales fueron reunidos ayer en el basurero de La Bebida, en Rivadavia, y luego vertidos al destruir sus envases, hasta formar una especie de barro etílico. Fue por orden judicial y se hizo por segundo año consecutivo.
De todas formas, esos 845 litros no fue el total de lo incautado el pasado 21 de septiembre, ya que aún quedan aproximadamente 100 litros en depósitos judiciales que no se destruyeron debido a que están vinculados a procesos judiciales irresueltos. Es decir que este año se contabilizaron unos 945 litros de alcohol incautado, 25 más que en 2009 (pese a que el día del operativo dijeron haber incautado el doble del año pasado). Precisamente, el año pasado dijeron haber vertido 740 litros y hubo 180 devueltos a sus dueños (acreditando la mayoría de edad), que los reclamaron el día posterior al operativo. Ahora, según el juez de faltas Ricardo Grossi Colombo, no hubo ningún individuo que pidiera la devolución.
Por otro lado, junto a las botellas se colocó ayer una pequeña bolsa con medicamentos en su interior, también secuestrada en un operativo. ‘Son psicofármacos y suelen mezclarse con el alcohol para armar un cóctel‘, indicó una fuente policial.
Con la presencia de una quincena de policías, el titular del Segundo Juzgado de Falta, Grossi Colombo, representantes del Juzgado de Falta de Ullum y algunos empleados del basurero, las botellas de alcohol fueron prolijamente colocadas sobre el piso pedregoso, al costado de un camino interno.
Los envases chicos quedaron acostados y las damajuanas de pie, al igual que los envases de gaseosas cortados a la mitad que aún tenían vino en su interior. ‘¿Se darán cuenta si saco una botellita, aunque sea de fernet?‘, bromeó uno de los presentes. ‘Esto es la pesadilla del buen tomador‘, disparó otro hombre. Y mientras la muletilla ‘¡Qué lástima!‘ circuló con curiosa repetición en cuanto grupo de personas que presenciaba el operativo, no faltaron los que intentaron calcular infructuosamente cuánta plata representaban esos 845 litros a destruir.
Una vez que ya no hubo más botellas que bajar de las cajas de tres camionetas de la Policía, la pala cargadora se puso en marcha y enfiló hacia las botellas, entonces levantó su pesada cuchara y aplastó una parte. Retrocedió y siguió castigando a los envases, que explotaban y dejaban correr su líquido por el suelo. Luego el operario de la máquina comenzó a remover la tierra y avanzó incluso con las ruedas, para no dejar nada sano. Finalmente, una vez que la costosa mercadería quedó reducida a trozos de vidrios y barro, la cargadora procedió a enterrarla.
Por otro lado, con fecha indefinida, se destruirá el resto de los envases con alcohol secuestrado. Sucede que esos 100 litros ubicados en los depósitos judiciales de las comisarías 5ta. de Santa Lucía y 14ta. de Zonda están relacionados al incidente en el camping de Don Bosco y a una contravención en Zonda, por lo que hasta tanto no haya una resolución, no serán vertidos, indicó Roberto Castro, subjefe de la Policía.
Paso a paso la destrucción
