Debido a la celebración en 2012 de los 200 años de creación de la Bandera Nacional por Manuel Belgrano, es interesante vincular este aniversario con la Revolución de Mayo y referirse al desempeño que tuvo Belgrano dentro de aquélla Junta del 25, por ser ese momento histórico decisivo en el futuro protagonismo que tendría el prócer.
En principio se dirá que el 24 de mayo a la noche comenzaron a circular los nombres de quienes habían sido elegidos como representantes. Al día siguiente, el Cabildo designó a la nueva Junta Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata, y se decretó que en dos semanas debía partir una expedición hacia las provincias del interior, para informar y hacer cumplir la nueva autoridad. Se dice que Belgrano se sorprendió al ser designado vocal de la Primera Junta.
En ningún momento -ha sostenido Félix Luna- se había conversado sobre quienes serían los integrantes del primer gobierno patrio, puesto que el pueblo lo decidiría, es así que el mismo Belgrano diría luego: "Apareció una Junta de la que era yo vocal, sin saber como ni por donde, en la que no tuve poco sentimiento. Pero era preciso corresponder a la confianza del pueblo y me contraje al desempeño de esta obligación, asegurando, como aseguro a la faz del universo, que todas mis ideas cambiaron, y ni una sola concedí a un objeto particular, por mas que me interesase: el bien público estaba a todos instantes a mi vista”.
Belgrano sintiendo honda satisfacción al ver triunfar el movimiento revolucionario con el que había cooperado desde tiempo atrás, asumió su nueva función política, aplicando sus dotes de administrador y dispuesto a cumplir como héroe o mártir con los principios de la revolución. En otras palabras, se contrajo al mejor desempeño de sus funciones, al respecto dice el propio Belgrano: "Todas mis ideas cambiaron, y ni una sola concedía a un objeto particular, por mas que me interesase; el bien público estaba a todos instantes a mi vista…Seguía, pues, en la Junta Provisoria, y lleno de complacencia al ver y observar la unión que había entre todos los que la componíamos, la constancia en el desempeño de nuestras obligaciones, y el respeto y consideración que se merecía del pueblo de Buenos Aires y de los extranjeros residentes allí, todas las diferencias de opiniones se concluían amistosamente y quedaba sepultada cualquier discordia entre todos”.
La Junta acordaría mas adelante, nombrarlo el 4 de julio presidente de la Junta de Monte Pió de ministros de justicia y real hacienda al tiempo que siguió escribiendo en el Correo de Comercio fundamentalmente sobre cuestiones educativas y económicas.
Centrándonos en las medidas tomadas por la Primera Junta, hay que destacar que una de las primeras fue la creación de la Academia de Matemáticas que comenzó a funcionar en el edificio del Consulado y tenia el objeto de instruir a los militares. Belgrano, incansable promotor de esta clase de establecimientos educativos, fue nombrado su protector.
El 12 de septiembre tuvo lugar la ceremonia de la apertura, con toda solemnidad, en presencia de la Junta y otras autoridades. Belgrano, en el discurso que pronunció, después de expresar los inconvenientes causados por la falta de jefes preparados, añadió: "Nuestro Superior Gobierno…se ha apresurado, como lo veis, a dar principio a un establecimiento capaz de dotar el valor de nuestra juventud guerrera con todas las calidades necesarias que lo distingan entre las naciones, por ilustradas que sean.
Si: en este establecimiento hallara el joven que se dedique a la honrosa carrera de armas, por sentir en su corazón aquellos afectos varoniles, que son los introductores al camino del heroísmo, todos los auxilios que puede suministrar la ciencia matemática aplicada al arte mortífero bien que necesario de la guerra”.
Poco tiempo después, su papel revolucionario tendría nuevo destino. Como se había jurado y decretado el 25 de mayo, la nueva Junta tenía la misión de llegar hasta las provincias del interior del antiguo virreinato para propagar la emancipación de España y adherir a la Revolución. Las provincias adhirieron, a excepción del Alto Perú, Montevideo y Paraguay. Es así que el 26 de septiembre Belgrano comenzó su expedición al Paraguay, convencido de que los ideales de libertad conmovían a los pueblos que limitaban el viejo virreinato.
Vale mencionar, que mientras era designado para la Expedición a Paraguay, Belgrano donó su sueldo de vocal, 3.000 pesos anuales, para sufragar los gastos de la expedición a Córdoba organizada como una contribución patriótica, además prestó apoyo a la condena a muerte de los reaccionarios. Esta actitud no ha de extrañar, pues a pesar de la moderación de su carácter, es conocida la severidad implacable con la que procedió a veces.
Vale cerrar, reconociendo que Manuel Belgrano desempeñó, indudablemente, un rol protagónico en aquel Primer Gobierno Patrio surgido el 25 de Mayo de 1810.
