La Violeta de los Alpes (cyclamen persicum) es una planta ideal para disfrutar en invierno, época que no ofrece muchas opciones en cuanto a color en el jardín.
Las hojas son carnosas, delicadamente dentadas y de por sí son decorativas, pues presentan un diseño simétrico, más claro en el centro.
Ofrecen unas flores muy particulares y bellas, de pétalos sedosos que se pliegan hacia atrás. Su floración es prolongada siempre y cuando tenga temperaturas bajas, menos de 15 grados, emergen entre la nieve. Algunas variedades poseen flores grandes, dobles y con pétalos crespos.
Presentan gran variedad de colores, del blanco al rojo, pasando por todas las tonalidades del rosa el fucsia, menos el azul. Las hay también con bordes blancos. El suelo donde se planta el rizoma tiene que poseer muy buen drenaje, caso contrario la parte subterránea se pudre.
El riego es normal en otoño, invierno y primavera, no dejando que el sustrato se seque. Se debe suspender en verano.
Una vez que las hojas están secas se pueden retirar los rizomas y conservarlos en turba, en lugar oscuro y seco para luego volver a plantarlos.
Les recomiendo no colocarlos en canteros bajo aleros, pues la lluvia al caer los estropea.
Pueden ir en macetas o jardineras. En balcones quedan muy vistosos y también en patios interiores.
Regalar o recibir una de estas plantas siempre será bienvenida con alegría y no requiere mucha inversión de dinero, pero sí de afecto hacia quién va dirigida.
