Un escáner será el encargado de pasar el “control antidopaje” a las bicicletas al final de cada etapa del Tour de Francia con el fin de evitar que la sospecha de ayuda mecánica a la hora de dar pedales se convierta en una baza más de los partidarios de hacer trampas para mejorar el rendimiento. Un grupo de ingenieros ha sido elegido por los comisarios de la Unión Ciclista Internacional a tal efecto, según informa la propia Federación internacional. Los corredores elegidos para someter a su bicicleta a control dispondrán de 30 minutos para presentarse ante los expertos. “Según las características de la etapa el jurado elegirá a los corredores cuya bicicleta deba someterse al control técnico, y se podrá elegir un corredor, cinco o veinte”, señaló el presidente del jurado de comisarios de la UCI, Francesco Cenere.