Por la diabetes se colocaba insulina todos los días desde los 8 años y en los últimos 5 tuvo que hacerse diálisis 3 veces por semana. Estaba débil y el cuidado de su salud le insumía todo el tiempo. Por eso, Natalia Cantos, de 28 años, no podía estudiar ni trabajar. Pero, ahora tendrá una vida nueva: recibió un doble trasplante de riñón y páncreas en Buenos Aires, hace poco más de un mes. Ayer, volvió a San Juan recuperada y toda su familia se reunió en el aeropuerto para darle la bienvenida.
"¿Qué planes tengo?, formar una familia con él", contó Natalia ni bien bajó del avión, señalando a su novio que estuvo con ella durante su internación y que la acompañó en su regreso a San Juan.
En el aeropuerto los padres, la hermana, los tíos y tías, los primos y la familia de su novio, esperaban a la chica media hora antes del aterrizaje del avión. Todos estaban ansiosos y contaban que la vieron sufrir mucho tiempo por su enfermedad y que esperaban que con la operación, Natalia pudiera tener una vida normal.
La enfermedad de Natalia avanzó con el tiempo. La diabetes afectó el funcionamiento de sus riñones y su salud iba en picada, por lo que muchas veces estuvo internada en terapia intensiva. En julio del año pasado, Natalia viajó a Buenos Aires y los médicos le dieron la noticia de que estaba en condiciones de recibir el doble trasplante. Pero tuvo que esperar hasta el 8 de febrero pasado para recibir la llamada en la que le informaron que habían llegado los órganos que necesitaba. En cuanto al donante, sólo le dijeron que era un chico mendocino y que tenía 21 años.
Dos horas después del llamado telefónico, Natalia estaba en Mendoza con su mamá esperando viajar en avión a Buenos Aires para operarse. La chica despertó al día siguiente, después de recibir los órganos, y entendió que su vida cambiaría: ya no tiene que inyectarse insulina y tampoco soportar las diálisis.
Ayer, la madre de Natalia contó que, según le dijeron los médicos, el de su hija es el tercer trasplante de riñón y páncreas que recibe un sanjuanino. Y que "quiero que las personas vean a mi hija y que sepan que, donando los órganos, pueden cambiar por completo una vida".
