Se dice que el fútbol es uno. Que no cambia. Y hasta que todo está inventado. Pero el salto de categoría de B Nacional a Primera División es grande porque el ritmo de juego, los nombres, espacios y falencias son muy diferentes, y San Martín en apenas dos fechas que lleva disputadas las comprobó, más allá de que todavía le falta mucho camino por explorar, en el que se encontrará con diferentes obstáculos para los que debe tener la mejor gambeta para dejarlos de lado.
Con sólo dos juegos afrontados, el Verdinegro ya aprendió que el mínimo error le cuesta tener que buscar la pelota en su arco. Que la concentración debe ser total y que en Primera se juega más con la cabeza que con los pies.
Pero también está el factor positivo en el equipo de Carlos Mayor, quien tanto en el empate frente a Godoy Cruz (1-1), como en la igualdad del sábado ante Gimnasia (1-1), ofreció y plasmó sus intenciones de juego, que lo llevaron a dominar el partido, meter al rival contra su arco y crear innumerables situaciones de gol. Eso fue lo mejor de San Martín, al que le quedan todavía 28 encuentros por delante, pero marcó su terreno y entendió que puede y tiene con qué hacerle frente a cualquiera.
“La dinámica es un poco mayor, uno no se puede equivocar porque el rival te convierte y hay que estar doblemente atentos, concentrados y aprovechar las situaciones”, destacó tras el debut Ramiro López, al ser consultado sobre los cambios de B Nacional a Primera División.
En la máxima categoría hay espacios para jugar, no abunda el roce, y no hace falta tener la pelota para ganar si la estrategia es acertada. No obstante, la mínima distracción por la velocidad en el juego te dejan en ridículo.
En los dos goles que recibió San Martín, se “durmió” en defensa porque le encontraron más parado en el retroceso. A contramano de ello, cuando los dos bloques que utiliza Mayor (5 hombres al momento de defender y 5 para atacar) se acoplaron, fue un equipo con dinámica, toque, llegada y entendimiento.
Apenas van dos fechas, pero el Verdinegro ya empezó a sentir y vivir cómo es la máxima categoría, que le está dando la bienvenida y mostrándole que a diferencia de la B Nacional, aquí no hay revancha.
