Uno lo respeta por lo que dio y significa para el fútbol argentino. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, a Carlos Salvador Bilardo le ganó el personaje. Ese que estudió periodismo para "poder hablar con propiedad ante un micrófono", sin recibir reproches, tal cual admitió en su manera extrovertida para nada sumisa.
Hace un tiempo de paso por San Juan dijo que el "era el primer técnico que había puesto jugadores del Interior en la Selección", olvidando que César Luis Menotti, su archirrival ganó un Sudamericano jugado en Rosario, con jugadores de Newell’s, Central, más Carlovich. Y que antes había conformado una Selección del Interior a la que estuvo convocado el sanjuanino -recientemente fallecido- Carlos "Bruja" Molina y de la que salieron Ardiles y Valencia, entre otros.
Este Bilardo, que tiene bien ganado su prestigio como técnico de fútbol, es el mismo que alguna vez hizo públicos sus deseos de ser presidente de la República. Y también es el mismo que en su programa de radio habla de todo y de todos, como si estuviera pontificando.
Por eso, por más que anunció que el próximo lunes hará una conferencia de prensa para "hablar"; no pudo controlar su mediático genio y afirmó que: "Yo soy campeón y subcampeón del mundo. No dependí de Maradona. Maradona dependió de mí. Pero él no es el culpable. El problema son los bichitos que tiene al lado". La pregunta es: ¿Sin Maradona jugando en el nivel que jugó en México "86 y sin su presencia de tobillo inflamado como un globo en Italia "90, Argentina habría llegado tan lejos?.
"Bilardo a veces se hace el boludo pero no es boludo", dijo de sí mismo en tercera persona, entre molesto y sorprendido, porque Maradona lo trató de traidor. "Durante el Mundial, separé a Diego y le dije: Si sale mal, me voy con vos, y si sale bien, veo. Pero nadie le dijo a Maradona que se vaya", explicó quien fuera pieza clave en el Estudiantes que dominó el Mundo a fines de los años "60.
El secretario técnico de las selecciones admitió que aguantó "callado" los desplantes de Maradona y su cuerpo técnico durante las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Sudáfrica por "el bien de la Selección argentina".
"Amigos de él, incluso, me decían que hablara, que si no era un pelotudo. Pero yo me comí todo: que fuera para acá, que fuera para allá. Nunca hablé con los jugadores por miedo a que los excluyeran de la Selección", reveló.
"Pero no puedo callar más. Ahora voy a contar todo y me voy a bancar la que venga: que me digan marica o que salí con veinte mil mujeres. Todo, porque estuve callado, pero no dormido", apuntó antenoche.
"A Grondona yo le pedí cuatro años más para Diego. Nunca hablé a solas con Julio, como andan diciendo. En esa charla que yo te digo, estaba Granados, el dirigente de Tristán Suárez". Sí, la idea era que Diego siga por cuatro años, pero no así sus colaboradores, y Bilardo les dejó un mensajito: "Hay amigos que son buenos y que son malos. Y colaboradores buenos y malos. En la Selección, me tocó sacar amigos. Si en tu trabajo querés poner a todos tus amigos, estás perdido".
Uno a Bilardo lo respeta y le agradecerá que haya jerarquizado el fútbol argentino, pero en función de su conocimiento lo ideal sería que ponga la pelota contra el piso, deje que este ingrato partido se termine y que no crea que porque fue campeón y subcampeón del mundo es el único -como el Agente 007- con licencia para hablar de fútbol. Aparte, ¿sobre que hablará el lunes, si ya dijo todo?
