Usar el color blanco en la cocina puede llegar a ser la solución de diseño más práctica del momento. Además da sensación de pulcritud y frescura, esto sin contar que se puede decorar utilizando otros colores más vibrantes y muebles llamativos sin que pierda consistencia estética.
Sin duda que para una cocina totalmente blanca, es más fácil elegir los colores y matices ya que no habrá tanta variedad y por ello no surgirán conflictos, al ser el blanco un buen soporte para todos los tonos. Se trata de cocinas a las que les sienta bien la vajilla de colores brillantes como ser el rojo por ejemplo y además les son muy beneficiosas las lámparas, toallas y demás objetos decorativos que se quieran agregar.
Si bien al ser la mayor parte de la cocina de color blanco y por ello aportar la sensación de limpieza, es evidente que tenderá a ensuciarse más rápido y por ello es recomendable ser cuidadoso en la elección de los materiales, muebles y acabados. Es preferible optar por las mesadas, cajones y acabados más simples para de este modo poder limpiarlos más fácilmente, sin que esto quiera decir que deba ir en contra del diseño y el aspecto de la cocina.
Es preferible en estos casos la elección de superficies lisas y fáciles de limpiar para mesas y mesadas. Por otro lado los revestimientos de las paredes, ya sea la pintura o algún otro material, debe tener propiedades resistentes al agua y ser lavables.
En definitiva, las cocinas blancas se alzan como una de las tendencias a nivel de diseño que más frecuentes se vuelven al día de hoy. Ya sea por su aporte a la sensación de frescura y de limpieza, como también por oficiar de lienzo al cual decorar a través de otros objetos, se trata de un estilo muy atractivo y agradable para incorporar al hogar.
