Boca Juniors sufrió este domingo más por sus propios puntos débiles que por oposición del adversario, pero finalmente encontró el camino para un ajustado 2-1 sobre Atlético de Rafaela en la Bombonera, un resultado impostergable para la ansiedad de su público. La producción del equipo de Carlos Bianchi distó de ser sólida y pareja, pero algunas correcciones logradas en el segundo tiempo, más la facilidad de un Rafaela demasiado especulativo, lo condujeron a una victoria final que no se discute.
De todos modos, el xeneize, de momento, pasó a compartir el liderazgo del Torneo Inicial con San Lorenzo de Almagro, Argentinos Juniors y Gimnasia y Esgrima La Plata.
Desde el comienzo el juego estuvo signado por las dudas del fondo de Boca y así fue que las dos primeras llegadas le correspondieron a Rafaela. El gol de Boca llegó por un error incomprensible por parte de Rafaela cuando a los 26 Conde sacó de su arco, Adrián Bastía se la devolvió por arriba y el guardavalla tuvo que recurrir a un manotazo para evitar el gol. Correspondía expulsión, pero el árbitro Germán Delfino sólo amonestó al golero. El indirecto se ejecutó tres minutos más tarde y, tras un toque de Sánchez Miño, Riquelme con remate alto puso el 1-0. Rafaela acusó el impacto, Boca pareció tranquilizarse, pero a los 40, después de una mala salida de Leandro Marín, Lucas Albertengo estableció el empate.
En el complemento, Boca mejoró y el gol que se preveía de acuerdo con el desarrollo llegó en el minuto 22 con una acción asociada y muy bien elaborada. Martínez jugó con Riquelme y fue a buscar la devolución, tocó al área para Blandi, que la rebotó, dejó pasar el Burrito y Emanuel Insúa, con potente zurdazo alto, colocó el 2-1. Una bocanada de aire fresco para el presente de Boca.
