�Apenas habían transcurrido 1’ 30’’ y el árbitro del encuentro de anoche, Juan Pablo Pompei, cayó duro al piso. El culpable fue Mauro Bogado. ¿Cómo? Con su remate de 40 metros tras la salida de un tiro libre que dio en la nuca del juez. Entre el perdón del volante y la rapidez para levantarse, el partido continuó.
