Buenos Aires.- Apenas transcurrían los primeros instantes del segundo round, pero ya estaba claro que la pelea no daba para más. Willis Meehan era el absoluto dominador del combate y lo sufría en carne propia su compatriota Leamy Lakopo Tato, quien ya no encontraba manera de cubrirse de los golpes.



Peroe el único que no se daba cuenta era el juez de la pelea. Meehan, boxeador neozelandés de los pesos pesados, puso contra las cuerdas a su rival en el combate de la semana pasada en Auckland.



Y tras una serie de golpes que dejaron sin reacción a Lakopo Tato, frenó los golpes y le recriminó al juez porque no detenía la pelea. Y hasta abrazó al rival, a modo de contención. Meehan fue jugador profesional de rugby antes de dedicarse al boxeo.