Lo que pudo significar el abandono de la Unión Europea por parte de Gran Bretaña ya es una realidad y nos está diciendo que este hecho es muy significativo pues tiene incidencia directa sobre el resultado de nuestras negociaciones con la Unión Europea. Así, en relación al comercio entre el Reino Unido y sus antiguos vecinos del bloque regional, representa casi la mitad de las exportaciones del país.
Pero la razón fundamental es de índole política pues los conservadores exigieron una serie de concesiones al bloque, entre ellas, las concernientes a la regulación de la inmigración, la asistencia financiera a los países de la zona euro y el bloqueo de ciertas decisiones de Bruselas. Algunas de estas demandas de Londres han sido satisfechas (como la garantía de que los países fuera de la zona euro no tengan que gastar dinero en la ayuda financiera a los Estados que la integran); otras, sólo en parte, como la de limitar el acceso de los inmigrantes a los beneficios fiscales y subsidios por hijos. Sin embargo concretada su la salida de la Unión Europea es de reconocer que el Reino Unido, con peso en la economía y comercio, con influencia sociopolítica, diplomática y cultural, deja un hueco difícil de compensar en la región. A esto hay que sumarle que su salida también acomete en una pérdida de confianza respecto a la inversión foránea. Con respecto a ello, para la Argentina, a pesar de estar en vías de ajuste inflacionario, entre otras cosas, los escándalos de corrupción del gobierno anterior podrían impedir atraer mayores flujos de inversión extranjera directa y por ende los inconvenientes de la puesta en marcha de reformas estructurales proyectadas.
Al respecto, varios analistas estudian los efectos de la salida británica en las relaciones con Londres. Un informe preliminar sostiene que el resultado del referéndum va a incidir en los precios de los productos que exporta la Argentina por la suba del dólar y por la misma razón quizás se encarezca el financiamiento del Gobierno para obtener fondos para el déficit y las obras públicas. En este contexto se advierte que la aspiración de recibir inversiones internacionales, se podría postergarse. Es probable que estemos viendo una sobrerreacción, porque Gran Bretaña es un estado más liberal que el resto de la Unión Europea y posiblemente esto termine en un acuerdo de libre comercio entre ambas partes.
