Dicen que para poder competir en una prueba de alto nivel hay que estar al 100%. El caso de Aries Merrit contradice esa lógica. Al menos, lo que sí tiene que ir por delante de todo es el deseo. El atleta estadounidense, actual campeón olímpico en Londres en los 110 metros valla, se proclamó medallista de bronce en esta prueba en unas condiciones totalmente extraordinarias.
Hace dos años, Aries empezó a ser tratado por los médicos debido a que algo no iba bien. Tras realizarle varias pruebas y estudios médicos, se le detectó una insuficiencia renal. Sus riñones sólo funcionaban al 20%. Algo incompatible con la vida. También con el deporte. Pero el atleta norteamericano, que ha encontrado donante en su hermana, quiso hacer un último acto de fe.
Merrit compitió en los mundiales de Pekín sabiendo que probablemente esta sea la última carrera de su vida. No le alcanzó para ganar como pretendía luego de lograr el mejor tiempo en las semifinales. La gloria finalmente fue para el ruso Shubenkov. Pero Merrit tiene otra gloria. La que le otorga su medalla de bronce, antes de que, el día 1 de septiembre, se enfrente a la prueba probablemente más importante de su vida.
