La Ciudad de Buenos Aires tiene infinidad de sitios para conocer. Pero, al momento de conocer sobre la historia del país, una buena opción es visitar museos, paseos y sitios que marcaron el pulso de una de las capitales más importantes de Latinoamérica. En esta semana, que se celebra la Revolución de Mayo de 1810, una buena opción es conocer aquellos lugares que muestran vestigios de 200 años de historia. Algunos de ellos son los siguientes:
Biblioteca Nacional
La Biblioteca Nacional, enclavada en el tradicional barrio de Recoleta, no sólo alberga el tesoro cultural de los argentinos, sino que también es un lugar ideal para pasear, tomar un café y, por supuesto, leer un libro.
Ubicada en el predio que antes había ocupado la residencia presidencial en la que convivieron Juan Domingo Perón y Eva Duarte, la Biblioteca Nacional no se reduce tan sólo al imponente edificio que hoy la alberga, sino que proyecta su sombra y su influencia sobre un gran espacio verde que la rodea.
El antecesor directo de la Biblioteca Nacional fue la Biblioteca Pública de Buenos Aires, fundada por la Primera Junta de Gobierno el 13 de septiembre de 1810. Impulsada por Mariano Moreno, ésta formaba parte integral del proyecto ilustrado de generar un cambio profundo en la sociedad a partir del acceso al conocimiento.
La institución de transformó en la actual Biblioteca Nacional en 1880, en consonancia con la reestructuración de las instituciones del país que se llevó a cabo en esa década. Su director de ese momento, Paul Groussac, impulsó la adquisición de un edificio exclusivo.
La lista de quienes ejercieron su dirección incluye los nombres de las figuras más importantes de la cultura argentina: empezando por Marcos Sastre, José Mármol, Vicente Quesada, pasando por Paul Groussac y Jorge Luis Borges.
Ex cervecería Munich
En Puerto Madero está una de las construcciones más tradicionales y a la vez atípicas de la zona: la ex Cervecería Múnich, hoy hogar del Centro de Museos de Buenos Aires.
Pocos edificios de la ciudad de Buenos Aires pueden resultar tan atractivos y evocadores como este. Está ubicado en el corazón de la Costanera Sur, vestigio de un pasado de esplendor y promesa de un nuevo futuro.
Visitar esta construcción que se inauguró en 1927 es casi como saborearla. Cada paso por sus jardines o por su interior trae la sorpresa de un nuevo relieve, un nuevo dibujo, una figura que acompaña como el amigo de una época en la que se le prestaba más atención a los detalles.
Diseñado por Andrés Kálnay (arquitecto húngaro emigrado a la Argentina), el edificio de la Cervecería Munich se levantó en lo que era uno de los paseos más visitados por los porteños en las primeras décadas del siglo XX.
La sombra reparadora y alegre (frecuentada por las más importantes personalidades de su momento) que ofrecía la cervecería de a poco se fue vaciando hasta que a principios de la década de 1970, en consonancia con la decadencia general de la Costanera Sur, tuvo que cerrar sus puertas.
Centro de Museos de Buenos Aires
Tras un período como Museo de Telecomunicaciones, el edificio finalmente pasó en 2002 a manos del gobierno de la ciudad de Buenos Aires para ser lo que es hoy: el Centro de Museos de Buenos Aires.
Tras un proceso de restauración, el centro abrió sus puertas como parte del Programa de Recuperación de la Ribera y la Reserva Ecológica. Hoy, además de albergar la Dirección General de Museos de Buenos Aires, funciona como centro de exposición, con un auditorio para conferencias, y como punto de base de una serie de desarrollos culturales que buscan darle nueva vida a la zona.
Paradójicamente, lo que alguna vez fuera una zona abandonada de la ciudad (antes aun, centro de gran movimiento) es hoy en día uno de sus puntos más pujantes y el que más ha crecido en los últimos años. Con sus construcciones modernas, Puerto Madero tiene mucho para ofrecer a quien quiera recorrerla.
Teatro Colón
Es, para los que saben, el mejor teatro del mundo para escuchar ópera. El 25 de Mayo de 2008 cumplió 100 años. A finales del siglo XIX, Argentina quería tener su propio odeón dedicado a la mejor ópera del mundo. Por años funcionó un teatro de estas características frente a la Plaza de Mayo, donde actualmente se encuentra la sede central del Banco de la Nación. Pero con la intención de ofrecer un edificio más grande, la municipalidad de la ciudad de Buenos Aires aceptó la propuesta del arquitecto italiano Francisco Tamburini para que se inaugurase un nuevo teatro con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de América.
Sin embargo, la empresa no sería ni rápida ni fácil. La majestuosidad que se buscaba no era corriente en estas tierras, el coloso que se quería construir tenía como objetivo dar que hablar incluso a las generaciones venideras. La obra tardó quince años en terminarse, lapso en el que falleció Tamburini y también el segundo arquitecto que tomó a su cargo la obra, Víctor Meano, quien fue asesinado en 1904. Fue entonces Julio Dormal el encargado de terminar la gran obra.
Finalmente, el 25 de Mayo de 1908 se concluyó el monumental edificio que se ubica entre las calles de Libertad, Tucumán, Cerrito y Viamonte. El Teatro Colón es considerado uno de los principales teatros líricos del mundo; comparte lugar con la Scala de Milán, la Ópera de París, el Metropolitan de Nueva York, el Bolshoi de Moscú y el Teatro Nacional de Munich.
Café Tortoni
Hay una frase que se repite: el Tortoni es el café más antiguo de la Argentina. Fundado en 1858, ya cumplió 150 años de historia y sigue abierto y funcionando. Este lugar, que bien podría establecerse como museo y por el que parece haber pasado el país entero, es, sin embargo, un café como cualquier otro. Pero no es como cualquier otro; en Buenos Aires todo café parece un eco lejano del Tortoni.
De aires europeos, el Tortoni fue fundado por un inmigrante francés de apellido Touan, quien lo llamó +Tortoni+ en alusión a un conocido café que un inmigrante italiano había abierto en París y que en el siglo XIX fue un centro de reunión de la cultura parisina.
Todos estos lugares y muchos más, se pueden visitar en Buenos Aires durante el fi de semana largo, como para conocer un poco más de la historia nacional.
