Desde el miércoles pasado, ni los amigos ni familiares de Reinaldo Hinojosa Guillen saben de su paradero. Al joven de 27 años, oriundo de Bolivia, le perdieron el rastro desde ese día cuando salió de trabajar de un horno de ladrillos de Marquesado, en Rivadavia, y nunca más regresó. Desde allí, su desaparición ha sido un misterio y muchos lugares de la provincia han sido rastreados por sus familiares hasta ahora sin éxito. Sin embargo, ayer al mediodía un llamado al 911 contaba que en un viejo pozo de agua en una finca cercana al horno de ladrillos, vieron en el fondo flotar un bulto. Los peores presagios se maquinaron entre los allegados al joven, pero cuando un puñado de bomberos llegó y armó un operativo para introducirse al profundo hoyo, se toparon con que el objeto no era un cuerpo humano, sino un tronco.
El pozo donde una persona creyó haber visto un cadáver, está situado 1 km. al Sur de calle Libertador, en una finca ubicada en el costado Oeste de callejón Tello, en Marquesado, Rivadavia. Luego del alerta, varios primos del joven buscado llegaron hasta ese sitio para ver como un grupo de 8 bomberos, al mando del subcomisario Marcelo Heredia, desplegaban una cabriada y sogas alrededor de ese viejo hoyo lleno de agua para bajar a un uniformado, precisaron fuentes policiales.
El bombero, con máscara y otros elementos de seguridad, bajó unos 40 metros hasta el fondo del pozo atado a un arnés. Al cabo de unos minutos, dio la novedad de que lo que habían visto en realidad era un tronco.
De ahí en más, la incertidumbre volvió a apoderarse de Edwin Torres, uno de los primos del joven. "Pensábamos que podía estar acá porque él acostumbraba venir a cortar uva y pudo haberse caído. Lo buscamos por todos lados y Reinaldo no aparece. No sabemos qué pensar porque se fue sin decir nada y encima dejó su moto y la billetera con sus documentos. Ya no sabemos dónde más buscar", contó angustiado su primo.
