Recurrir a la vieja maniobra de embaucar a comerciantes comprándoles mercaderías con cheques robados, es una maniobra inoxidable. Lo comprobó el dueño de un corralón de Villa Krause, Rawson, cuando llegó al banco a canjear por efectivo un cheque por $45.000 y descubrió que había sido víctima de un fraude: el valor estaba denunciado como robado, dijeron fuentes policiales.
De todos modos ese comerciante de apellido Laciar, tuvo suerte: policías de Defraudaciones y Estafas al mando del subcomisario Oscar Sombra, recuperaron todo en la madrugada de ayer en una casa de la Villa Italia, Rawson.
Sin embargo, el operativo policial dejó con gusto amargo al comprador de esos materiales para la construcción, un empleado minero de apellido Miranda. Su familia (el dueño de casa no estaba) nada pudo hacer para evitar el secuestro de unas 150 barras de hierro, 6 rollos de malla metálica para techos, cuatro rollos de cables, alambres, codos y una hormigonera, entre otras cosas, que había comprado de buena fe al embaucador, indicaron.
El problema, sin embargo, no termina en estas dos víctimas. Fuentes policiales aseguran que el sujeto ya estafó con la misma maniobra a por lo menos otro comerciante y ahora lo buscan intensamente para ponerle un freno a sus engaños.
‘Estas maniobras son muy conocidas como también los recaudos para no caer en el engaño. De todos modos cabe recordarlo: en operaciones importantes con cualquier mercadería siempre hay que verificar que el cheque no sea robado’, dijo Sombra.
