Los policías dijeron que en los calabozos de Tribunales estuvo a las risas. Su madre, que también la vio muy alegre cuando la fue a visitar, el jueves. Según su abogado defensor, a esa mujer, su clienta Irina Carrión (18) le dijo ‘por fin meterán presos a estos policías h… de p… que me robaron el bebé’. El defensor aseguró también que él, personalmente, escuchó varias frases que le llamaron mucho la atención por lo poco coherentes. Así, dijo, a él la chica también lo abrazó ayer agradecida porque estaba convencida de que recuperaría la libertad y que irían presos los policías que sustrajeron su bebé. Y que antes le había mencionado: que ese niño era fruto de una violación de la que fue víctima ‘cuando era chica’. Que el niño estaba descansando o durmiendo en un rincón de la casa. O que aún está embarazada.
El letrado explicó además que ayer, durante la indagatoria se abstuvo por recomendación suya y se pellizcó un brazo nerviosamente. Y que cuando le preguntaron con cuántas personas vivía en su casa, mencionó a menos de la mitad de las 18 que viven con ella. ‘Para mi, hay muchas cosas en el relato de esta chica que no cierran. Por eso le pedí al señor magistrado que ordene, y así lo hizo, pericias psicológicas y psiquiátricas, porque tengo la fuerte sospecha de que no está en sus cabales y puede ser inimputable’, dijo Hidalgo.
Irina Carrión es la principal y por ahora única sospechosa de matar por asfixia a su recién nacido, hallado una semana después, el 1 de agosto pasado, en el fondo de una casa en el 1065 Sur, en Santa Lucía. Carrión y su familia viven atrás.
Pese a la versión de Hidalgo, el juez Benedicto Correa le imputó homicidio agravado, que se castiga con perpetua. Los pesquisas no descartan que sufra alteraciones mentales, pero creen también que puede estar fingiendo, pues hay otras pruebas que indican que su familia pudo saber del embarazo (incautaron un certificado de atención médica) y están convencidos de que alguien le ayudó, por lo menos en el parto, pues no creen que se las haya arreglado sola.
