Antes de las 7 los puentes de la Circunvalación comienzan a ser el punto de encuentro de varios vendedores ambulantes. Con cajones de verduras, termos llenos de café caliente y hasta con algunas artesanías en madera o hierro, los comerciantes llegan, arman sus puestos y empiezan a trabajar. Según algunos vendedores comenzaron a ofrecer sus productos en estas zonas porque tienen mucha circulación de vehículos y porque se quedaron sin trabajo o necesitan una changa extra. Actualmente, de los 21 puentes que hay (que sirven para transitar por debajo del anillo), casi la mitad tiene al menos un vendedor ambulante. Hay 10 puentes con puestos.

Algunos llegan en bicicleta con las canastas con tortitas calientes. Otros en motocargas llenas de verduras y hay vendedores que estacionan camionetas para poder descargar su mercadería. Todos tienen el mismo objetivo: poder subsistir a través de las ventas. Si bien muchos admitieron que saben que su trabajo no está dentro de las normas legales, y por eso pidieron reservar sus nombres, hay otros que aseguraron que hacen cursos de manipulación de alimento y hasta pidieron autorización municipal para poder estacionar los carros de ventas. Es que hay puestos que además de dedicarse a la venta de café, por ejemplo, tienen sillas y mesas para que la gente se siente a desayunar.

Si bien la mayoría vende café y verduras, hay otros que optaron por ofrecer churros, pan casero, empanadas y hasta comercializan parrilleros metálicos. Además, hay otros que optan por pararse bajo los puentes para promocionar sus servicios. ‘Antes me ponía cerca del Centro Cívico, pero ahora empecé a estar debajo del puente para que la gente me vea más, porque en el otro sitio hay muchos fleteros‘, dijo Carlos Maurín, que pone su rastrojero en el puente de Hipólito Yrigoyen, en Santa Lucía.

En este contexto todos coincidieron que gracias a este rebusque pueden vivir tranquilos y pagar sus impuestos. ‘No le robamos a nadie, es la forma que tenemos de trabajar‘, dijo uno de ellos y contó que dependiendo el rubro de venta es el horario de atención. Los que venden churros, café y verduras suelen estar hasta el mediodía, mientras que los demás vendedores ocupan esos lugares durante las tardes y los fines de semana.