Fue uno de los pocos que enfrentó los micrófonos tras la derrota en Corrientes. En su discurso no escatimó frases picantes como por ejemplo "nos metemos demasiado atrás". En el día después del tropezón ante Boca Unidos, en una actuación pobre del líder, Omar Ricardo Gallardo (30 años) habló de este momento de San Martín. Y más allá que "la calentura por la derrota ya pasó", como dijo, igualmente dejó su análisis directo. De la misma forma que juega el Indio, quien justamente el domingo volvió al equipo después de un desgarro. El volante sostuvo que gran parte del mal presente se debe a que no están jugando bien. Sostuvo que hay tiempo para levantar esto y que es ahora cuando se ve qué clase de grupo son. Y dejó una frase que hace recordar a la dicha hace unas semanas por el arquero de Boca, Roberto Abbondanzieri, con aquello que "en cada centro que nos tiran, temblamos". Gallardo optó por un "cada vez que nos llegan es medio gol". Palabra de referente, dentro y fuera de la cancha.
-¿Se pasó la calentura por la derrota?
-La calentura se pasa rápido. Fue un mal partido de todos, pero lo que hay que entender es que hay que levantar. Tenemos que dar vuelta la página y volver a lo de antes. No podemos seguir por este camino porque vamos a tirar a la basura todo lo bueno de la primera ronda.
-¿Cuáles pensás que son las causas de este momento?, ¿es algo más bien mental o futbolístico?
-No lo sé. Sí estoy seguro que estamos jugando realmente mal. Por ejemplo, no tenemos la misma solidez que el año pasado. Cada vez que nos llegan es medio gol y eso te tira para atrás. Hace que el equipo se meta demasiado atrás, pensando que así se cubre mejor de los rivales. Y no es así. Después te cuesta el doble llegar al otro arco, y si lo hacés, tenés sólo un par de jugadores con chances. Hay que ser más compactos y no dar tantos espacios para que nos ataquen.
-¿Ves un poco de relajación de parte de ustedes?
-No. No pasa por ahí el tema. Por ahí le están echando la culpa un poco a Quique (por Hrabina, el técnico) y no es así la realidad. Los que entramos a la cancha somos nosotros y nosotros perdemos los partidos. No va a entrar el técnico y te va hacer un cambio de frente por vos. Es un tema nuestro lo que pasa dentro de la cancha. Igual, él puede decir que nos paremos en tal lugar de la cancha, pero si después nosotros nos tiramos veinte metros para atrás por miedo a que nos conviertan es un problema de los jugadores.
-¿Cómo se sale?
-Hay que volver a evitar que nos conviertan seguido. El año pasado éramos sólidos porque no nos anotaban y cada vez que llegamos al arco de enfrente la metíamos. Ahora, la situación cambió.
-¿La actitud también?
-No sé si cambió o no, pero lo que tengo claro que así no va la cosa. Hay que cambiar la actitud con la que estamos jugando. La categoría es durísima y nadie nos va a regalar nada. Si nosotros no nos levantamos pronto, los demás nos van a pasar por arriba. Estamos a tiempo de hacerlo y por eso es que hay que hablar bien entre nosotros para entender que así las cosas no van a andar.
-¿Lo notás unido al grupo?
-Totalmente. Acá el tema no es que haya problemas entre nosotros ni con Quique. Es ahora donde hay que hablar, poner lo que hay que poner y sacar a San Martín adelante. Es en éstos momentos donde se ve lo bueno o malo del grupo. No tengo dudas que esto lo vamos a sacar adelante, pero cambiando la página y volviendo a ser los de antes.
-El hecho que se acortó la distancia con los que persiguen, ¿causa más presión?
-Seguro que te afecta. Vos ves la tabla hoy y ya no hay seis o siete puntos de ventaja como el año pasado. Quieras o no eso te influye. No tanto en los nervios porque acá hay un grupo de hombres, sino porque los números te demuestran que las cosas no las estás haciendo bien. Por algo, ya no tenés tanta ventaja.
-¿Cuánto vale el partido del domingo?
-Mucho. Hay que tomarlo como una final. Debemos ganarlo para que las cosas vuelvan a ser como antes. Tendremos el aliento de la gente y nosotros debemos responder. Y estoy seguro que lo vamos a hacer.
