La luz roja se encendió en Buenos Aires. Allí fue que los números sobre los envíos de dinero desde ese ‘Rapipago‘ de Boulevard Sarmiento al 395 Oeste, en Rawson, empezaron a arrojar saldos negativos. Cuando la alerta llegó a San Juan no fue complicado descubrir por dónde se había escurrido esa plata, unos $40.000 en total, según la denuncia. Los faltantes, al hacer los arqueos, correspondían siempre a la misma caja. Y el circuito cerrado de video sobre los movimientos diarios del local sirvió para cerrar el círculo sobre una sospechosa, que de inmediato fue detenida por policías de la seccional 6ta al mando del comisario inspector Oscar Congui, dijeron fuentes policiales.

A partir de ese momento, el 30 de enero pasado (el hecho trascendió ayer) los pesquisas conocieron otro costado del caso, porque la empleada en cuestión, una joven de 21 años de apellido Zunino, no negó su vinculación con la sospechosa ausencia de los valores y en cambio ofreció su versión para intentar defenderse.

¿Qué dijo? Según los voceros, que había sacado el dinero con autorización de un superior, con el cual había acordado que las extracciones serían una suerte de préstamo que ella usaría para cancelar una deuda hipotecaria de unos parientes íntimos. Con ese dinero, dijeron, evitaría que les remataran una casa.

Según las fuentes, la joven sospechosa hasta habría mostrado los supuestos comprobantes de sus pagos. Sin embargo sus dichos no fueron corroborados por ese superior y entonces su suerte en la investigación quedó seriamente complicada. Tanto, que pasó a estar detenida en la seccional 6ta sospechada de cometer un supuesto hurto.

Ahora, un juez decidirá qué delito imputará a la joven y también si permite o no que enfrente el resto del proceso en libertad.