Señor director: 

Los cristianos nos gloriamos, frente a las afirmaciones ligeras de algunos historiadores, sociólogos y críticos, y frente al folclore oscurantista de Halloween, del bien que la religión ha traído al mundo: vida y no muerte, ansias de vivir para siempre con la esperanza de la resurrección y no la penumbra de la muerte. Ambos se glorían juntos de que definitivamente la fe haya dado calabazas, nunca mejor dicho, a la muerte.