Sólo el planteo de la situación era desesperante. Un camión choca con una camioneta, atropella a un peatón que termina gravemente herido y, como consecuencia de la colisión, el material químico y tóxico que transportaba contamina el suelo y al herido más grave. Sin embargo, alrededor de ese cuadro no hubo gritos ni una masa homogénea de personas interviniendo en la catástrofe. Llegaron las fuerzas de seguridad y el personal capacitado para enfrentar la situación y realizaron su tarea tranquilamente. Se movieron como un reloj y en exactamente 41 minutos lograron controlar la situación. De ese modo, en medio del caos y a la vez en total calma, se vivió el simulacro de accidente organizado por las empresas de transporte Sánchez Huerta y de control de emergencias Suatrans Argentina, en el interior del predio de la transportista.
La alarma comenzó a sonar a las 10.02. El paragolpe de la camioneta ya estaba en el suelo y el vehículo tenía el capot abierto. En su interior, un hombre había quedado con la cabeza sobre el volante. Frente a ella estaba el camión, el camionero tenía lesiones menores y logró bajar. Debajo del vehículo de gran porte estaba tendido el peatón, sin poder mover las piernas y con una montaña de sal blanca, que simulaba ser nitrato de amonio, a su lado. Los conductores de los dos camiones que estaban detrás sofocaron un incendio que se había producido más adelante por el derrame de gasoil, pero que en realidad estaba adentro de dos tachos, y desplegaron conos naranja para delimitar el paso de la gente. Mientras desarrollaban esas tareas fueron interrumpidos por la llegada de los bomberos, quienes habían sido alertados a través del 911. Ellos descendieron de la autobomba y sofocaron un incendio invisible en el motor de la camioneta. Luego bajaron al conductor de la camioneta, que fue trasladado en la ambulancia que llegó minutos después.
El reloj marcaba las 10.10 cuando arribó el equipo de la empresa de emergencias junto a la brigada de sustancias peligrosas de la Policía Federal y los efectivos de la Policía local. El hombre aún yacía debajo del camión cuando el personal especializado se vistió con mamelucos amarillos y máscaras y colocó una pileta de lona vacía cerca del camión. Luego trasladaron al peatón en una especie de mesa hasta la pileta y allí comenzaron a descontaminarlo usando paños absorbentes especiales. Mientras, otro equipo juntaba el material que había quedado en el suelo. Finalmente, todos los participantes que habían tenido contacto con la sustancia, incluidos los bomberos, fueron descontaminados. Estos últimos pasos fueron los que llevaron más tiempo, debido a que deben realizarse de modo meticuloso para evitar que la sustancia tóxica quede en el ambiente o las personas.
Exactamente a las 10.43, el locutor que fue relatando todo el ejercicio anunció el fin del simulacro. Entonces, sólo quedó lugar para las conclusiones. Según los especialistas de las empresas que estaban testeando el desarrollo del ejercicio, el simulacro fuer satisfactorio. José Pablo Jullian, de la empresa Suatrans, comentó que “todos los sectores se mostraron conformes con los resultados. Se destacó, por ejemplo, que Bomberos se lució con el tiempo de respuesta y que también llegó rápido la Policía. En general cada uno cumplió con su rol y se vio un muy buen despliegue de equipos. Lo importante es que se creó una simbiosis muy buena entre los involucrados”. A su vez, manifestó que se seguirá realizando los simulacros que cotidianamente se llevan a cabo con los empleados de la empresa y que al menos una vez al año se realizará los ejercicios con las instituciones externas, como la Policía y los equipos de salud.
