�Una variante que siempre provocó la preocupación en los holdouts es que, pese a las dificultades técnicas, la Argentina decidiera trasladar el domicilio de pago de todas sus acreencias bajo ley estadounidense a la jurisdicción local. Así, el país podría pagar con cierta normalidad a la masa de 93% que entraron a los canjes y eludir los embargos de los holdouts que acaban de ganar el juicio en la jurisdicción de Nueva York. Si bien la fórmula de no acatamiento podría merecer el repudio internacional, el tema ya había provocado cierto escozor cuando el 26 de agosto del año pasado, la presidenta de la Nación anunció por cadena nacional el envío al Congreso de un proyecto de ley -que finalmente aprobó- para una tercera reapertura del canje de deuda, que tenía como objetivo la ‘conclusión del proceso de reestructuración‘. En aquel momento, CFK señaló que se iban a reemplazar todos los títulos que se presentarán por bonos de igual moneda y plazo, pero con domicilio de pago en Buenos Aires, a través de la Caja de Valores.‘Tomamos una decisión para salvaguarda de quienes han confiado en la República y es, precisamente, hacer un reemplazo de títulos, por la misma moneda y el mismo plazo, nada más que cambiando el lugar de pago para evitar eventuales embargos, porque ya hemos sufrido embargos‘, señaló entonces.