San Juan.- La Fiscalía sostiene que la pequeña Camila era sometida “sistemáticamente a castigos homicidas” por parte de su mamá, Alejandra Ríos, y su padrastro, Pedro Oris, que tenían como fin último la muerte de la menor.
Este viernes trascendió que Camila sufrió aquel día del brutal ataque, 43 lesiones de distinta consideración, aunque las palizas y ataques psicológicos habían comenzado a principios de aquel octubre.
Según se dijo en la primera audiencia, la nena era golpeada “sistemática, individual y conjuntamente con golpes de puño, puntapiés y elementos varios”. Además, era amenazada con “armas de fuego y a través de baños fríos”.
Además, se cree que esperaron 24 horas de la última golpiza para llamar a la ambulancia “recién cuando estaban convencidos de haber cumplido su objetivo”. Para hacer más creíble la versión de la caída del caballo decidieron hacerle cortes en sus manos para fingir heridas de arrastre.
