Con el avión de Jáchal, con el helicóptero de Aeronáutica, en vehículos 4×4, en motos, en caballos, a pie. Más de 60 personas. Todos con el mismo objetivo: dar con Estanislao "El Tano" Muñoz, un jubilado municipal de 70 años que salió de su casa en Las Flores, Iglesia, el domingo a las 2, a quien ayer, después de 3 días y dos noches a la intemperie y con temperaturas bajo cero, pensaban encontrar sin ninguna chance. Pero no. "El Tano", contra todos los pronósticos, apareció. Con bastante sed, sin su campera y con la vista nublada encarando a pie la enésima loma, cerca del puesto Pismantita, perdido por el principio de Alzheirmer que lo ataca y a unos 70 km. al Oeste de su casa. Pero vivo, increíblemente vivo y hasta con ganas de bromear luego de tomar los primeros tragos agua con suero. "¿Qué te pasó viejo?", le preguntó su sobrino Angel Díaz cuando el anciano se asombraba de ver los árboles y el pueblo, a lo lejos. "Nada, vine a conocer el campo a pie", retrucó con una sonrisa. Fue ayer a las cuatro de la tarde.
¿Cómo pudo sobrevivir? "A nosotros nos dijo que no comió ni tomó agua ni durmió nunca. Y que tenía fósforos pero que no se le dio por hacer fuego, porque se sentía bien y nunca dejó de caminar", dijo ayer Andrés Mecina, una de las 11 personas que integraban el grupo de baqueanos vecinos que encontró a Muñoz alrededor de las 16 de ayer.
"Estaba algo deshidratado pero bien… hasta hizo una broma con su sobrino y lloró cuando le regalé un poncho… estaba muy contento, nos dijo que sabía que lo iban a buscar. Nosotros sólo pusimos la voluntad que había que poner, como siempre", aseguró Mecina, quien de inmediato dio aviso a la radio Oasis para que todo Iglesia supiera la buena nueva.
"Por el tiempo transcurrido nosotros pensábamos que íbamos a encontrar a este hombre pero no así, en buen estado. Evidentemente se salvó porque nunca dejó de caminar. En la zona, de noche, hubo hasta 10 grados bajo cero de temperatura, si se dormía la historia hubiera sido otra", dijo ayer el subcomisario Juan José Arancibia, 2do. jefe de la comisaría 22da. de Iglesia, cuyos efectivos participaron de la búsqueda con el grupo Geras, gendarmes, familiares, amigos y vecinos de Muñoz.
Según Mariana Muñoz, hija del jubilado, todo comenzó a las 2 del domingo pasado. A esa hora dos hijos de Muñoz lo sacaron de los festejos por el "Bicentenario" en Las Flores y se lo llevaron en un vehículo hasta su casa, con la expresa consigna de que se acostara a dormir. Cuando se marchaban, los hermanos vieron que su padre no ingresó a la vivienda pero dieron por hecho que lo iba a hacer y siguieron viaje.
Entonces, el drama. El mismo Muñoz habría comentado que esa noche no entró porque tenía intenciones de encontrarse otra vez con sus hijos para compartir con ellos un rato más. Pero a poco de caminar un cruce de calles y su problema mental le jugaron una mala pasada, y en segundos enfiló hacia la ruta nacional 150. Esa madrugada lo vieron al menos tres personas, incluido un camionero que lo levantó y lo trasladó varios kilómetros hasta que lo bajó, porque Muñoz le dijo que iba a Pismanta, es decir hacia un lugar opuesto al que marchaban.
Desde esa madrugada la búsqueda se concentró en la zona de "El Llano de la Patria", donde finalmente hallaron las huellas de su zapatos con tacos, huellas que iban, volvían y se enredaban en el campo, sin rumbo fijo. Hasta ayer, cerca de Pismantita, cuando la historia de Muñoz empezó a tener una trama bastante parecida a un hecho milagroso.
