Un año después del secuestro de la nena Candela Sol Rodríguez en Buenos Aires, queda flotando la sensación de que la causa judicial ‘está como al comienzo‘. Así lo aseguró días atrás Carola Labrador, la madre de la niña que tenía 11 años y que desapareció el 22 de agosto del 2011 cuando salió de su casa en Villa Tesei, en el partido bonaerense de Hurlingham.
Fue hallada muerta el 31 del mismo mes dentro de una bolsa de consorcio, desnuda en una zona descampada, a unas 20 cuadras de su vivienda.
El 17 de abril pasado, la investigación del secuestro y homicidio de la niña Candela Sol Rodríguez se quedó sin detenidos y con el juez y el fiscal del caso seriamente cuestionados. La Cámara de Apelaciones y Garantías de Morón ordenó liberar por falta de pruebas a los imputados Héctor ‘Topo‘ Moreyra (sindicato como autor intelectual), Hugo Bermúdez (presunto autor material), Leonardo Jara, Guillermo López, Fabián Gómez y Alberto Espínola. Antes ya habían recuperado su libertad Gladys Cabrera y Néstor Altamirano.
La Cámara de Apelaciones y Garantías de Morón declaró las nulidades de las indagatorias de los ocho acusados y ordenaron que sean liberados. En la resolución, de más de 100 fojas, los magistrados pusieron en duda la legalidad del procedimiento en una de las principales pruebas: el recipiente con ADN de Candela en la casa de Kiernan al 900, donde supuestamente estuvo cautiva la niña de 11 años.
Además, el juez de Garantías de Morón, Alfredo Meade, junto al fiscal Marcelo Tavolaro, fueron apartados de la investigación del crimen de Candela por graves irregularidades en la causa. A su vez, la fiscalía separó a la Policía Bonaerense de la investigación por el crimen, debido a que hay algunos efectivos de esa fuerza provincial sospechados de haber participado en el asesinato de la menor.
Un año después del crimen, la causa por la muerte de Candela está bajo secreto de sumario y se investigan varias pistas, aunque por ahora no hay nuevos detenidos.
