"Algunos hinchas de Independiente me dicen: "Arreglá con la barra y evitamos el descenso"". Javier Cantero, presidente del Rojo, desnudó así cuál es el pensamiento de algunos supuestos hinchas genuinos del Rojo, una idea tan desechable como la que tuvieron los barras del club el miércoles pasado cuando suspendieron el partido ante Belgrano por tirar bombas de estruendo. Cantero, más allá de las imágenes de ocasión y los apoyos sólo en palabras, parece solo en esta lucha. En realidad, bancado por el simpatizante de Independiente que no tiene intereses económicos a la hora de apoyar. Así quedó claro en el Libertadores de América la pasada semana.

Independiente se tambalea en la cornisa de los promedios. La desesperación puede equivocar el camino a la hora de erradicar los violentos de un club que siempre fue ejemplo en nuestro país y el resto del mundo. El Rojo es sinónimo de gloria a nivel internacional y no de acciones violentas como las que recorrieron el planeta por la suspensión ante Belgrano. Ni un descenso, el primero en su historia de más de cien años, puede ser el costo de dejar vivir a los barras del club. "Son viudas que ya no tienen al que los mantenía", disparó Cantero el miércoles. No hace falta ser adivinos ni muy estudiosos del planeta Independiente para darse cuenta que el apuntado, con total razón, tiene un nombre que empieza con Julio y un apellido que arranca con Comparada.

Por Gerardo Alaniz

DIARIO DE CUYO