De día, viste de traje y corbata y se desempeña como juez de cámara, es el doctor Roberto Otiñano; de noche, su profesión está arriba de los escenarios, donde despliega sus dotes de cantante en recitales solidarios y se presenta como "Tito’. En esa onda, hoy, tendrá otro desafío en el Teatro Municipal (ver aparte): el lanzamiento de su quinto disco titulado Desde Adentro, con el auspicio del Rotary Club de Capital, en un show a beneficio de los damnificados por las lluvias, que afectaron a la provincia en febrero pasado, Con canciones folclóricas cuyanas y de diferentes regiones, algo de rock nacional y tangos; el cantante pretende transmitir sus emociones, junto a una banda formada por músicos reconocidos del ambiente: Ricardo Greguar en primera guitarra, dirección musical y arreglos; Roberto Fernández, segunda guitarra y bajo eléctrico; Rody Beatrice en batería y percusión; y Sergio Tapia en teclados (ausente en la producción fotográfica).
Roberto se crió escuchando cantar a su papá, que justo hoy cumple 4 años de su fallecimiento. Y transcurrió gran parte de vida en ese universo. A instancias de su madre, fue al conservatorio con 5 años, estudió piano, acordeón y guitarra; y mientras cursaba el Secundario, junto a algunos de sus amigos de la Escuela Normal de Caucete, formó el grupo Siete y Medio.
Pero cuando llegó el momento de ingresar a la universidad, tuvo que elegir una carrera, optó por el Derecho y se graduó. El estudio y el trabajo dejaron a la música relegada. "Un día, yo practicaba deportes pero lo mismo estaba estresado, entonces un psicólogo me recomendó que buscara algo que me gustara hacer que no fuera ejercicio. Y me acordé de la canción’, recordó Otiñano, el mayor de seis hermanos, padre de tres mujeres y un varón; y abuelo de 3 nietos.
Así, hace 15 años, se reencontró con su antigua pasión. Al principio, con "algo de vergüenza’ pero después envalentonado por su decisión, nunca más la dejó ir. La música va a la par de su trabajo como juez y como docente de la Universidad Católica de Cuyo, tareas que cumple desde 1988. "Como tengo dedicación exclusiva no giro por bares y boliches. Siempre actúo a beneficio, así, canté para colaborar con fundaciones como Cáritas, Manos Abiertas, Asistir, el Movimiento de Cursillo de Cristiandad y el Hospital de Niños’, apuntó este caucetero de pura cepa.
"Nada me hace más feliz, porque es algo que me permite expresarme desde el alma’. Así, Tito se convirtió en uno de los fundadores del Recital de los Graduados de la UCC, que arrancó en 2000 con un objetivo benéfico. Y su voz cruzó las fronteras de la provincia, ya que, desde hace 6 veranos, canta con la Orquesta Municipal de Tango de Mar del Plata en el Teatro Colón de esa ciudad, dirigido por Julio Dávila. "Llegué allá recomendado por el pianista sanjuanino Walter Mercado, quien fue director musical de Enrique Dumas. Allí, compartí escenario con Reynaldo Martín, Hugo Marcel, Patricia Vel, Marisa Hollman y Jorge Alvarez, entre otros’, evocó.
¿Cómo es la reunión con las canciones? Para Otiñano es una "cuestión espiritual’, "simplemente eso, hay temas que me hacen llorar, de verdad, como Aquellas pequeñas cosas de Serrat y Tiernamente amigos de Víctor Heredia. Canto desde lo profundo del corazón’.
