Eran las 12:38 de ayer cuando el colectivo 16 de la empresa Mayo trataba de transitar por la calle Santa Fe entre General Acha y Mendoza. Y la tarea se volvió complicada: tuvo que esperar que el semáforo cambiara 5 veces y demoró 6 minutos 40 segundos en recorrer una cuadra, una tarea que normalmente demora menos de 1 minuto. A su alrededor, el tiempo de espera unido al congestionamiento de autos había logrado acabar con la paciencia de la mayoría de los automovilistas. Y a pesar de que cruzar se hacía imposible para el auto que estaba adelante, los bocinazos sonaban intermitentemente. El caos se apoderó de la calle Santa Fe en la intersección con Mendoza durante toda la mañana, debido a que la empresa OSSE cortó completamente el tránsito de esa arteria, entre Entre Ríos y Mendoza, para cambiar un caño.

La fila de autos que transitaban por Santa Fe ocupaba dos cuadras desde Mendoza hacia el Este. Es que, al cruzar la calle, los autos se encontraban con cintas y conos naranja que impedían el paso. Como consecuencia, todos los vehículos debían doblar hacia el sur y los 40 segundos en los que permanecía el semáforo en verde no eran suficientes para que pasaran.

Mientras tanto, la calle Mendoza estaba colapsada y los vehículos que transitaban por ella quedaban a mitad de la esquina cuando el semáforo cambiaba a rojo, por lo que le tapaban el paso a los vehículos que venían desde el Este. Y los autos que estaban estacionados en la guardería de calle Santa Fe entre Entre Ríos y Mendoza debían salir en contramano, correr los conos y doblar hacia el Sur cuando encontraban un huequito, encontrándose con la catarata de vehículos de frente.

En esas condiciones, como el resto de los vehículos, el colectivo 16 emprendió la difícil tarea de transitar. La mayor parte del tiempo estuvo detenido e iba avanzando de a centímetros. Los pasajeros miraban por la ventanilla asombrados y veían los malabares que hacían las personas que intentaban cruzar la calle caminando.

Entre ellos, una madre tomaba las manos de sus dos hijos y decía: "Ahora, rapidito", antes de comenzar a sortear la fila de autos desordenados que esperaban para doblar. A ellos los imitó una fila de personas que pasó entre medio de los autos casi corriendo. A su lado, un ciclista se bajó de la bicicleta y subió a la vereda con la movilidad al lado para pasar más rápido. Y una fila de motos se animó a pasar por el escaso espacio que quedaba entre los autos que estaban embotellados.

Todas esas imágenes fueron captadas por las personas que miraban desde el micro. Es que, en vez de recorrer la cuadra en menos de 1 minuto, tuvieron más de 6 para ver la escena. Hasta que, por fin, el colectivo logró girar hacia el sur, para seguir en medio del embotellamiento al menos durante dos cuadras más.