A raíz de los reiterados accidentes de móviles policiales -colisiones con terceros, entre sí y obstáculos-, por impericia de los choferes, las autoridades de la Fuerza implementarán una escuela de manejo y la exigencia de la licencia de conductor profesional, lo que implica someter al personal al examen psicofisiológico y de aptitud en las normas de tránsito.
La disposición, conocida en oportunidad de entregar el certificado de capacitación en manejo de los primeros 45 efectivos, es oportuna por necesaria frente a la serie de accidentes que vienen protagonizando el Comando Radioeléctrico y los patrulleros comunales, es decir los autos preparados para atender la seguridad pública. Los siniestros han dejado heridos y cuantiosos daños materiales que tal vez se hubieran evitado si este ordenamiento existiera desde la creación de esas divisiones.
Es otro ejemplo del mundo del revés que se observa en numerosos hechos cotidianos, donde las soluciones a los graves problemas se buscan luego de acontecimientos evitables de haberse adoptado las previsiones del sentido común. No cualquier policía puede manejar una patrulla a 120 km por hora en un operativo que requiere gran profesionalismo ante la emergencia, sorteando los obstáculos del tránsito a la vez de neutralizar un ilícito. De la misma manera se capacitará a los motociclistas y es de esperar que la profesionalidad conductiva también alcance a la División Bomberos y a todos los rodados oficiales. Surge aquí el interrogante acerca de la responsabilidad profesional de quienes manejan las ambulancias y otros vehículos estatales destinados a servicios de emergencia y seguridad
El jefe de la Policía, Adolfo Jofré, ha expresado que se trata de una preocupación del organismo que ahora se busca superar tanto con la licencia profesional -que entrega Emicar- como en las clases de manejo ofensivo y defensivo, teniendo en cuenta la necesidad de manejar lo más rápido posible, con dominio absoluto el vehículo. Y reconoció que nunca los choferes policiales fueron capacitados con ese objetivo.
Cumplir con los objetivos anunciados por el jefe de Policía llevará tranquilidad a la población, en la seguridad de quien conduce un patrullero es una persona idónea para afrontar situaciones de riesgo.
