Esta vez Enzo Alvarez (27) se contuvo. Ayer no realizó gestos insultantes ante el fotógrafo, y ante los jueces sonrió cuando supo que el hecho de matar a puntazos al preso Noé Moreno (37) al cabo de un partido de fútbol en el Penal de Chimbas el 6 de setiembre de 2010, fue considerado por el tribunal como un crimen ocurrido en medio de una riña y no un homicidio simple. Y que además habían reducido la pena inicial que aceptaba (11 años y 10 meses) a 10 años de cárcel, por ese crimen y por tres robos agravados por el uso de una pistola de aire comprimido no apta para el disparo, cometidos entre el 12 y el 27 de abril de ese mismo año.
Para los jueces Héctor Fili, Eugenio Barbera y Ricardo Alfredo Conte Grand (Sala III, Cámara Penal) también quedó probado que en dos de esos asaltos participó Jonathan Villarreal (22), a quien condenaron a 3 años de prisión sin encierro efectivo.
Alvarez y Villarreal estudiaban gastronomía y hasta trabajaron en un restaurante cuando se cruzaron a la otra vereda y robaron. Fue hasta que Alvarez cayó el 25 de mayo de ese año y ahí se supo de su conexión con Villarreal.
La semana pasada, a través de sus defensores ambos acordaron con la fiscalía ir a un juicio abreviado aceptando su responsabilidad y un castigo, que para Alvarez resultó mayor porque se consideró que cometió un homicidio simple. Ayer el tribunal resolvió que el crimen configuró otro delito y le rebajó la pena.
