Lucir un tono dorado durante los meses de verano es la ambición de muchas personas, pero se debe procurar hacerlo con conciencia, ya que los daños provocados por el Sol son en la mayoría de las veces irreparables.
La radiación solar está formada por el 50 por ciento de rayos infrarrojos (responsables del calor y el envejecimiento), 47 por ciento de rayos portadores de la luz, y 2 por ciento de rayos ultravioleta (encargados del oscurecimiento de la piel y los daños más importantes).
Conviene saber que el color amarronado que adquiere la piel en contacto con los rayos no es otra cosa que una acción defensiva del cuerpo, que se ‘protege’ de la acción solar aumentando la cantidad de malanocitos (responsables del tono de la piel).
A su vez la piel aumenta su capa córnea por lo que se va engrosando con las exposiciones año a año.
Por esa razón, y para ayudar al organismo en este proceso de defensa, es fundamental el uso de protectores solares.
Para elegir el factor de protección adecuado hay que tener en cuenta el color de piel, cabello y ojos.
Hay cuatro tipos de dermis:
-Tipo 4 (personas muy blancas, rubias o pelirrojas con ojos claros): son híper sensibles, nunca llegan a broncearse, por lo que conviene usar factor de protección (SPF) 60.
-Tipo tipo 3 (pieles blancas con cabello y ojos amarronados o miel): en vez de broncearse se enrojecen. Aquí conviene usar SPF 40.
-Tipo 2 (piel morena con ojos y cabello marrón): se broncean fácilmente y rara vez se enrojecen. El factor 30 es el ideal.
-Tipo 1 (tez negra): pueden usar SPF 15.
Otro paso para cuidarse es vigilar los horarios. A la mañana lo sugerido es de 9 a 10 y en la tarde después de las 16.
Los primeros 3 o 4 días no se debe tomar el Sol directamente durante más de 15 minutos. Se aumentará progresivamente el tiempo de exposición pero sin sobrepasar las 2 horas seguidas. Aproximadamente a los diez días de exposición progresiva la piel estará preparada para recibir los baños de sol.
Ultra hidratación
El Sol reseca la piel por eso deshidrata más durante los períodos de exposición que en otros meses del año. En esta época conviene intensificar la aplicación de productos hidratantes. Además, los post solares (after sun) ayudan a descongestionar la piel recién expuesta. En todo el cuerpo conviene aplicar cremas livianas, con componentes refrescantes como aloe vera y emolientes naturales. Lo ideal es guardar estos productos en la heladera para que aumente su poder descongestivo.
Para el rostro se debe acudir a las emulsiones a base de vitamina C, té verde y manzanilla. También conviene intensificar la humectación con productos específicos a base de retinol, sobre el contorno de ojos, ya que es la zona donde primero se marcan las arrugas.
Durante los baños de Sol el pelo se ve seriamente afectado por el Sol ya que lo reseca, lo deshidrata y lo decolora. Lo prudente es cubrirlo con una toalla o un pañuelo grueso de color claro.
Los ojos tampoco deben olvidarse, se debe cuidarlos con anteojos oscuros de buena calidad y finalmente los labios deben bloquearse con protectores labiales.
