El destino de la bala pudo ser otro y otro también el resultado. Para Martín Valdés (26 años) fue lo más parecido a volver a vivir, porque el balazo que recibió ayer en la madrugada en un violento ataque en la Villa Ros, Chimbas, ingresó por la frente y salió por la parte superior de la cabeza. Según la Policía y familiares del joven, el disparo se produjo en plena resistencia del joven por impedir que robaran sus zapatillas y no fue el único, porque en medio de su empecinamiento le dieron otro balazo que quedó alojado en su rodilla izquierda.
Ayer, la mamá del joven herido, Dora Castro, y la pareja y madre de los tres hijos de Valdés, Giselle Ruiz, contaron que el joven (empleado en una panadería) bebió unas cervezas con muchachos de su barrio, el Lote Hogar 15, Chimbas, hasta que cerca de las 22.30 llegó a su casa a cambiarse para ir con un amigo al cumpleaños de un primo que vive en la Villa Ros, también en Chimbas.
Según la mujeres, el joven les dijo que estuvo allí hasta que un grupo de unos cinco jóvenes, uno de ellos armado, intentó quitarle las zapatillas como a las 4.30 de ayer, en las afueras de la casa del cumpleaños: “Él dice que le pidieron las zapatillas y como no se las daba uno sacó un revólver, se lo apoyó en la cabeza y a ese le metió un manotazo en el arma, pero ahí le dieron un tiro que se metió por la frente y le salió por arriba”, describió ayer Ruiz.
Y agregó: “Después otro muchacho le dio unas trompadas pero como se seguía resistiendo el del revólver le dio otro tiro en la pierna… debe estar con antibióticos una semana, después lo van a operar para sacarle la bala. Gracias a Dios que no le pasó nada”, dijo ayer Ruiz, madre de tres pequeños hijos de Valdés, que prefirió no hablar públicamente del caso.
Policías de la Seccional 26ta confiaban ayer en dar con los responsables.
