En el proyecto aurífero Casposo se desarrolla la novedosa iniciativa de un relevamiento sobre el uso medicinal de plantas nativas en
La recopilación de datos se hizo mediante entrevistas personalizadas a pobladores de la zona y en lo que va de 2011 se concretaron más de veinte. Ello permitió determinar las plantas medicinales que la gente del lugar usa frecuentemente en distintas dolencias. Para Justo Márquez, uno de los investigadores, representa “una tarea de revalorización del conocimiento y costumbres populares, significa volver a esas viejas costumbres, esas que nos remiten al tecito para el resfrío o para las molestias estomacales que tal vez preparaban nuestras abuelas”, dijo. Con aplicaciones variadas, numerosas son las especies identificadas hasta el momento. Dentro de las más conocidas y muy utilizadas en el mate están las aromáticas como el poleo (Lippia turbinata), el matico (Artemisia douglasiana) y la carqueja (Baccharis trímera) entre las indicadas para el alivio estomacal, el pájaro bobo (Tessaria absinthiodes) para bajar el colesterol, el molle (Schinus fasciculata) para el dolor de muela y el parto, entre muchos ejemplos más. La variedad es tal que los investigadores ya proyectan la edición de un libro vinculado para el año próximo.
En lo que respecta al vivero, en el se reproducen nativas forestales como Casuarinas, Arabia, Aguaribay, Álamos y Ciprés. Retamo, Brea, Sacancia, entre las plantas nativas; Coirón, Pasto amargo y Olivillo, entre las arbustivas. La finalidad es utilizarlas para tareas de revegetación en la mina y también como respuesta a la demanda forestal del departamento destinada al uso ornamental. El vivero está instalado en